El presidente Alberto Fernández prorrogará este viernes el decreto vigente y mantendrá la mayoría medidas restrictivas que fueron aplicadas hace 15 días. El principal cambio que evalúan es reducir el cupo de personas que puede ingresar por día al país y la cantidad de vuelos que llegan por semana.
El motivo es la preocupación es ascenso que existe en el Gobierno por el ingreso de la variante Delta. En la actualidad pueden entrar hasta 2000 personas por día. La decisión de reducir el cupo está tomada, lo que generaría una menor frecuencia de vuelos, pero aún no está el número de personas que se permitiría.
La restricción va de la mano de la preocupación que hay en la Casa Rosada y en el Ministerio de Salud por evitar que la cepa Delta empiece a girar con velocidad durante el invierno. Por eso las restricciones que se sumen al decreto tendrán que ver con limitaciones para entrar a la Argentina.
Además del cupo y la frecuencia de vuelos, podría haber restricciones en el tiempo de regreso al país para aquellos que se van. Es decir, que no puedan volver a ingresar cuando quieran sino por un período de tiempo más extenso. La medida está en evaluación.
En la Casa Rosada siguen esperando la aprobación de la ley pandemia que, según aseguran en el Gobierno, podría aprobarse la semana que viene en el Congreso. Por eso el nuevo decreto tendrá una duración de dos semanas.
El proyecto de ley fue enviado por el Poder Ejecutivo hace un mes y medio y el oficialismo aún no pudo lograr su aprobación. Pasó el primer filtro en el Senado pero se frenó en la Cámara de Diputados debido a que no consiguieron el acompañamiento necesario para su aprobación. “Massa dijo que tiene los votos para la semana que viene”, repiten en los pasillos de Balcarce 50.
En el Gobierno pretendían contar con esa ley para evitar un nuevo DNU pero no lo pudieron concretar. En ese contexto, Fernández decidió renovar el decreto actual por 15 días y volver a poner en valor el semáforo epidemiológico que divide a las ciudades en cuatro categorías: Bajo riesgo, Riesgo medio, Alto riesgo y Alarma epidemiológica.
Dos semanas atrás el Gobierno utilizó la base del DNU 287, que fue el que se publicó el 1 de mayo y que estableció el semáforo epidemiológico. Allí hay tres parámetros sanitarios que marcan el tipo de medidas que deben tomar los gobiernos: la razón (aumento de casos en los últimos 14 días y los acumulados en los 14 días previos); la incidencia (la cantidad de casos promedio sobre el total de la población) y la ocupación de camas de terapia intensiva.
En las ciudades que sigan en “Alarma Epidemiológica” se mantienen suspendidas las actividades sociales, deportivas, recreativas, culturales y religiosas en lugares cerrados y los deportes grupales en espacios abiertos. Los comercios y locales gastronómicos están cerrados entre las 19 y las 6. Las clases presenciales deben quedar suspendidas y la circulación se restringe entre las 20 y las 6.
Las localidades que están en la categoría de bajo riesgo epidemiológico pueden tener una vida protocolizada; las de riesgo medio tienen medidas reguladas por los gobernadores según cada ciudad; mientras que en las de riesgo alto se mantienen suspendidas las actividades sociales en domicilios particulares, reuniones sociales de más de 10 personas al aire libre y deportes en lugares cerrados donde participen más de 10 personas.
Para las próximas semanas Fernández no piensa aplicar restricciones más duras que las que están vigentes, salvo las que están vinculadas al endurecimiento de los controles fronterizos. Se lo permiten los datos epidemiológicos. La baja de casos de COVID-19 fue pronunciada después del decreto que impuso 9 días de confinamiento estricto y la ocupación de las camas de Terapia Intensiva registró una baja del 10% en los últimos días.
Con esos datos, la decisión oficial es mantener el esquema vigente en el que cada gobierno provincial debe hacer cumplir de las localidades de acuerdo a la categoría en la que estén. En el DNU el Gobierno diseña un marco sanitario que cada provincia puede aplicar con sus matices.