Ayer se desarrolló una ceremonia religiosa fuera de lo común por el entusiasmo y algarabía que provocó. Fue la ordenación episcopal de Carlos María Domínguez como obispo auxiliar en la provincia, quien por su carisma logró conquistar y revolucionar a los miles de sanjuaninos que asistieron al evento. Fue en el Estadio Cubierto Aldo Cantoni y con lleno total.
Su sola presencia causó una revolución. Ni bien Domínguez ingresó al lugar junto a monseñor Lozano y demás obispos visitantes, la gente se puso de pie para aplaudir su paso. Es que no les resultó desconocido, ya que este fray de la orden Agustinos Recolectos, no sólo ya recorrió algunas comunidades religiosas de la provincia, sino que ayer fue al Estadio durante la mañana para saludar a los miles de jóvenes que estaban participando de la VIII Jornada Arquidiocesana de la Juventud y que se quedaron para participar de su ordenación.
La ceremonia tuvo varios momentos emotivos, pero el mayor llegó cuando Domínguez confesó "San Juan ya me ha enamorado".
Durante la ceremonia de la ordenación, el público permaneció en absoluto silencio y siguiendo cada detalle con mucha atención, sobre todo las palabras de monseñor Jorge Lozano quien sostuvo que la "llegada de Carlos María era un regalo de Dios para la Iglesia sanjuanina".
Tras la imposición de manos de Lozano y de los obispos invitados sobre la cabeza del fray Domínguez y de la unción con el Santo Crisma, como indican las normas, el ya ordenado obispo auxiliar recibió la mitra y el báculo pastoral que usará de ahora en más en su nueva misión. Este momento volvió a desatar la ovación de los presentes que nuevamente se pusieron de pie para aplaudirlo, tal como ocurrió hasta que terminó la ceremonia que duró dos horas y medias.
La emoción también tuvo un espacio destacado durante el evento. Se hizo presente por primera vez cuando todos los obispos le dieron un fuerte abrazo a Domínguez para felicitarlo por su nuevo puesto. El segundo momento emotivo fue cuando el nuevo obispo recibió a sus familiares que acercaron las ofrendas. La gente se puso nuevamente de pie para aplaudirlo.
"Les puedo decir que ya me enamoré de San Juan. Perdón, me corrijo. San Juan ya me ha enamorado", dijo el obispo Domínguez cuando se dirigió a todos los presentes. Y la euforia de la gente no pasó desapercibida. Los aplausos, silbidos y gritos de aliento se hicieron interminables. Igual que cuando el Obispo caminó entre la gente para bendecirla.
MARTINA ACOSTA
De la pastoral de Angaco
"Estoy muy feliz con la llegada de monseñor Domínguez porque trajo un mensaje de amor y de esperanza para los jóvenes. Vino a visitarnos durante la Jornada Arquidiocena de la Juventud para presentarse y decirnos que nos va a acompañar en nuestra fe".
HERMANA ANDREA
Religiosa
"Contar con un obispo más es una gracia y una riqueza inmensa para todos nosotros. Significa fortalecer y expandir la Iglesia en la provincia y poder llegar a todos los rincones con la palabra de Dios y el mensaje de amor de Jesús".
WILLIAM HEREDIA
De Nuestra Señora de Fátima
"Estoy muy contento y esperanzado con la llegada de monseñor Domínguez. Lo veo muy comprometido con los jóvenes y con la tarea de sostenerles la fe en Dios. Creo que nos va a ayudar a seguir predicando el amor a Jesús y al prójimo".