Esta es la 12da participación de un combinado italiano en un Mundial de juveniles. En este caso es Sub-19 como son los World Skate Games, pero antes fueron Sub-20. Y siempre Italia miraba la final desde lejos, sin la chance de quedar en lo más alto del podio. Para cortar esa sequía llegó a San Juan y por eso la emoción de toda la delegación azzurra ante el objetivo cumplido. El 6-3 sólido ante los campeones europeos, Portugal, los puso en la gran final de hoy ante la Argentina, reeditando el cruce de la fase inicial.

El padre de la criatura desde el banco de suplentes con su conducción técnica, Alessandro Bertolucci, fue más claro en el momento del análisis: "Vinimos para esto. Queríamos estar en la final y lo conseguimos. Para nosotros es misión cumplida y mañana (por hoy) iremos por el último paso", destacó el exgoleador de Italia, campeón mundial con el combinado mayor en Wuppertal 2007, justamente goleando en la final 5-0 a la albiceleste.

Italia nunca tuvo en riesgo su victoria y lo fundamentó en un gran trabajo desde su arquero, Thomas Mechini.

Italia, a diferencia de lo que marca su historia hockística con un juego más bien cerrado y donde prevalece el contragolpe, fue ambicioso desde el arranque ante los lusitanos. Y pegó muy rápido y a fondo con una de las figuras de la jornada como resultó Giulio Piccoli, que marcó un triplicado que cambió para siempre el trámite del juego. Es que Portugal tuvo que salir a quemar todo lo que tenía para descontar y entonces el desgaste físico resultó muy alto. Pese a ello, logró anotar mediante Thiago Sanches primero y luego con el 2-3 que puso Diogo Rodrigues. Ahí la historia se modificó, Italia dejó de estar atrás y salió un poco más, entendió que debía hacerse fuerte desde la tenencia de la bocha y ese cambió lo favoreció.

El fruto del cambio de la estrategia se dio en el amanecer del complemento cuando marcó mediante dos estocadas: una de Geoele Piccoli y la otra de Matteo Cardella. Con el 5-2 todo se le hizo muy cuesta arriba al rey del Viejo Continente, más aún con la enorme tarea del arquero italiano, Thomas Mechini. Igualmente, Miguel Henriques puso el 5-3 y parecía que todo se definiría con suspenso, aunque la aparición de Leonardo Diquigiovanni, a falta de segundos para el final, decoró la estadística. Victoria clara y merecida para una Italia que en San Juan ya tiene su primer objetivo. Y, seguramente, hoy va por más.