El papa Francisco, de 85 años, se vio obligado a posponer su viaje a República Democrática del Congo (RDC) y a Sudán del Sur, previsto del 2 al 7 de julio, debido a dolores en una rodilla, anunció el viernes el Vaticano.
"A solicitud de sus médicos, y con el fin de no comprometer los resultados de una terapia de la rodilla aún en curso, el Santo Padre lamenta verse obligado a posponer su viaje a una fecha ulterior que queda por definir", anunció en un comunicado el director del servicios de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Francisco ha sufrido dolores en su rodilla derecha en las últimas semanas, y el mes pasado apareció por primera vez en silla de ruedas en un evento público.
Ha suspendido numerosos compromisos –y ya pospuso un viaje previsto a Líbano en junio– y se le ha visto a veces con dificultades para caminar.
El Vaticano no ha informado oficialmente sobre qué tipo de problema tiene el pontífice, aunque algunas fuentes indicaron a la AFP que padece de una artritis crónica.
Los problemas de salud de Francisco vienen limitando sus actividades como jefe de la Iglesia católica y, desde hace semanas, se han disparado los rumores de una inminente renuncia, siguiendo los pasos de su antecesor Benedicto XVI quien se convirtió en Papa emérito.
Desde mediados de mayo, la prensa especializada comenzó a difundir los nombres de los posibles sucesores de Jorge Bergoglio.
Un cimbronazo en ese tema fue la designación del cardenal Matteo Zuppi, que llegó a ese cargo durante el pontificado de Francisco, como presidente de la Conferencia Episcopal italiana, un puesto históricamente ocupado por un conservador.
Su perfil, identificable con el del Francisco en el trato de los desprotegidos, es moderado y, de acuerdo a expertos, simplificaría la comunicación con la Curia romana y los obispos italianos, aún distantes del sumo pontífice argentino.
Pietro Parolin, el actual secretario de Estado y quien acompaña al Papa en los viajes eclesiásticos con agenda más política, es otro de los nombrados como candidato a la sucesión.