Privilegio. La llegada de Francisco tendrá una “significación especial” para Chile, dado que es el primer papa latinoamericano, que además estudió y vivió en el país trasandino.

 

El papa Francisco pedirá por la unidad de los pueblos indígenas frente al llamado conflicto mapuche, así como por la paz en el sur de Chile, cuando visite Temuco, la capital de la región de la Araucanía, y también orará por los “hermanos migrantes” en la zona norte, en la visita que realizará entre el 15 y el 18 de enero próximos.

La comisión nacional para la visita del pontífice a Chile aseguró ayer que afina los últimos detalles en torno a los encuentros litúrgicos que sostendrá en las ciudades de Santiago, Temuco e Iquique, en el norte del país.

“Son tres momentos orantes muy potentes, en los que se quiere pedir por Chile y sus habitantes. Es donde más gente estará cerca del Santo Padre, y en cada misa habrá ciertas intenciones y preocupaciones puestas en evidencia”, afirmó a la prensa el obispo auxiliar de Santiago de Chile, Fernando Ramos.

Francisco presidirá el 16 de enero una eucaristía en el Parque O”Higgins, uno de los más grandes pulmones verdes de Santiago, capaz de albergar unas 500.000 personas, con énfasis en “la paz y la justicia” del país sudamericano.

En Temuco, en tanto, se celebrará la misa “por el progreso y la unidad de los pueblos”, con el objetivo de que “Dios conceda la gracia de vivir en paz, justicia e igualdad. Sin discriminaciones y en fraternidad”, señaló el religioso Patricio Trujillo, encargado de la misa en esa ciudad. Ahí se llevará a cabo además una rogativa mapuche, que tendrá como protagonistas a 23 comuneros indígenas, que se unirán a los rezos católicos, pese a la animadversión que ha expresado una parte de su pueblo a la visita papal.

En relación a posibles manifestaciones motivadas por la presencia de Francisco en Temuco, Trujillo declaró que la iglesia “está tranquila”, debido a que “el pueblo mapuche es en general un pueblo de paz, de encuentro y de unión”, y que “las dificultades vienen de grupos minoritarios”.

Según el organizador de la misa en Iquique, el padre Javier Sáez, “el norte se unirá para rezar por la patria y para recibir a su santidad”, quien presidirá el 18 de enero la coronación de la imagen de la Virgen del Carmen, tal como lo hizo Juan Pablo II en 1987. Asimismo, se espera “la participación de los hermanos migrantes” por quienes Francisco orará también, dijo Sáez.

La comisión nacional confirmó que avanza en los preparativos finales de la visita, de cara a la llegada del Papa, con la acelerada elaboración de ornamentos, la elección de textos bíblicos, ensayos de multitudinarios coros y la construcción de altares. A veinte días de la visita, la tarea es confeccionar 600.000 hostias y edificar 4.500 metros cuadrados de altares, en los que se ubicarán cientos de sacerdotes y obispos en las tres ciudades incluidas en el programa.

Los organizadores pusieron énfasis también en la presencia de la tecnología para acercar la imagen del papa a los fieles, y el uso de elementos, materiales y simbología característica de cada zona en los masivos encuentros.

Respecto de los costos de esta gira, que bordea los 6,4 millones de dólares y ha generado polémica entre los ciudadanos, la comisión subrayó que “lo que gana el país en paz y en vida espiritual es mucho más grande y más importante que unos pesos”.

En este sentido, hizo un llamamiento “a quienes se sientan en contra”, a que “escuchen lo que el Papa quiere decir, a que se integran y que participen en esta gran fiesta”.