El atacante argentino Alejandro "Papu" Gómez aseguró en la jornada de ayer que su doping positivo, por el cual recibió dos años de suspensión para la práctica del fútbol profesional, se produjo "por error, de forma accidental, involuntaria y no intencionada".
El jugador confirmó la ingesta de "terbutalina" al tomar contacto con "una cuchara del jarabe" de su hijo pequeño, pero aclaró que "nunca" tuvo la intención de "recurrir a una práctica prohibida".
"Conviene aclarar que el uso de terbutalina está permitido para deportistas profesionales y en ningún caso mejora el rendimiento deportivo en el fútbol", ilustró en un comunicado escrito que publicó ayer en la red social Instagram.
"Sin entrar en cuestiones de fondo, he puesto este asunto en manos de mis abogados al considerar que la tramitación del expediente disciplinario no se habría realizado conforme a lo dispuesto en la normativa", afirmó el futbolista profesional.