El Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina cayó un 5,4 % en el primer trimestre del año y la tasa de desempleo subió al 10,4 % en el mismo período, antes de que el tsunami del Covid-19 impactará de lleno en la ya golpeada economía del país.

Informes difundidos ayer por el Instituto nacional de Estadísticas y censos (INDEC) denotan un empeoramiento en dos indicadores clave de la economía, una evolución que sólo parcialmente se explica por los efectos de las medidas de aislamiento obligatorio impuestas en Argentina ante la pandemia de coronavirus pues éstas comenzaron a regir el 20 de marzo.

Con una caída del 5,4 % entre enero y marzo pasado, Argentina sumó ocho trimestres consecutivos sin crecimiento en el PBI en términos interanuales.

Respecto al último trimestre de 2019, el nivel de actividad de la economía se contrajo 4,8%, precisó el INDEC.

Durante el primer bimestre del año, en base al indicador de actividad mensual, la economía marcó un retroceso de 2,1%, esencialmente por la paralización de la obra pública y la falta de inversiones privadas respecto a igual período anterior.

Además, la economía arrastraba dos años sucesivos de caídas, de 2,1% en 2019 y de 2,6% en 2018.

Las caídas más significativas se anotaron en agricultura, ganadería y sivicultura (-6,2%); pesca (-30,4%); industria manufacturera (-6,5%); construcción (-20,8%) y comercio mayorista y minorista (-6,5%).

Por su parte, el rubro hoteles y restaurantes retrocedió 10,2% interanual, transporte y comunicaciones, (- 5,4%); Intermediación financiera, (-5,9%); actividades inmobiliarias, (-2%), y servicios sociales y de Salud, (-3,7%).

Respecto a la tasa de desempleo, el INDEC marcó un avance de tres décimas respecto al primer trimestre de 2019, cuando se ubicó en 10,1%. En tanto, frente al último trimestre del año pasado, la suba fue de 1,5 puntos porcentual, debido a que la medición fue de 8,9%.

El informe precisa que entre enero y marzo pasado 1,39 millones de personas que buscaban trabajo en Argentina no tenían empleo, pero además revela que otros 1,5 millones estaban subocupados y que 2,4 millones de personas que sí tenían empleo buscaban activamente conseguir otro.

Eso implica que 5,3 millones de personas tenían problemas de empleo, casi un 40 % de la población económicamente activa del país.

Pero lo peor aún está por venir, según distintas previsiones locales y de organismos internacionales como la ONU, la Cepal o la OIT subirá la pobreza y el desempleo hacia fin de año.

Varios indicadores de actividad correspondientes a abril y mayo han registrado niveles catastróficos, en algunos casos sin precedentes.

Los expertos a los que mes a mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas pronostican que la economía del país se derrumbará un 12 % en el segundo trimestre y caerá en todo 2020 un 9,5 %, aunque la actividad comenzaría a repuntar a partir del tercer trimestre.

"La actividad económica evidencia una disrupción profunda derivada de la disminución de la producción y el aislamiento social sin precedentes. La extensión de la cuarentena sigue generando impactos sobre la economía que deberán resolverse con celeridad", afirmó en un informe el economista Martín Calveira, de la IAE Business School de la Universidad Austral.

 

La caída del consumo

6,6%  de baja del consumo privado, la inversión (-18,3%) las exportaciones de bienes y servicios reales (-4,7%) y las importaciones (-16%) explican la caída de PBI.

 

En San Juan 3,3%

El eje Gran Tucumán-Tafí Viejo resultó la región con mayor nivel de desocupación con el 13,1%. En contrapartida, los menores índices de desocupación se anotaron en Posadas, con el 2,4%; La Rioja 2,7%, al igual que Viedma y Carmen de Patagones; San Luis 2,8%; y San Juan 3,3%.

Shock en abril

Sólo en abril el número de cotizantes en el Sistema Integrado Previsional disminuyó en un 21,5%, lo que implica una pérdida interanual de 1,9 millones de empleos. El 66% del empleo de los sectores más vulnerables corresponde a trabajadores por cuenta propia o Pymes.

 

  • Más mujeres van a trabajar para subsistir

La representación en la Argentina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió ayer que "la rápida expansión mundial del coronavirus y su efecto en la economía del país hacen augurar no solo una caída del PBI, sino también del empleo".

Al difundir por videoconferencia su informe "Covid-19 en Argentina", el organismo destacó también que, en los últimos meses, se verificó "una mayor entrada de las mujeres" en el mercado de trabajo local, por "la necesidad de contrarrestar la caída de los ingresos de los hogares en recesión". "Esta tendencia al aumento de la tasa de actividad de las mujeres podría intensificarse como consecuencia de la pérdida de empleo y de la caída adicional del ingreso de otros integrantes del hogar, incluso en un escenario de disminución generalizada de la demanda de empleo", señaló el informe.

El director local de la OIT, Pedro Américo Furtado de Oliveira consideró luego que la pandemia produjo "un triple shock, de demanda, de oferta y financiero, que impactó en las empresas, especialmente micro y pymes, con excepciones en pocos sectores".

En este marco, se verán también afectados los jubilados, dos tercios de los cuales son jefes de hogar, además de crecer el desempleo, particularmente entre mujeres, jóvenes y migrantes.

El flagelo, dijo el experto, golpeará a los cuentapropistas y las pymes, que ocupan a casi la mitad de los asalariados, lo que elevará la situación de precariedad e informalidad.

 

 

  • La ONU pone por arriba del tapete el alza de la pobreza

La Organización de Naciones Unidas (ONU) presentó ayer un informe en el que alerta de una caída en la economía argentina de entre el 8,2% y el 10%, y un aumento en la tasa de pobreza, que podría llegar al 40% a final de año, como parte de los efectos de la pandemia de coronavirus.

El informe destaca en base a los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que el PBI caería un 8,2% en 2020 "si la pandemia se controla", y hasta un 10% "si se registrara un segundo brote de coronavirus en el país".

Las actividades más afectadas serán aquellas vinculadas a servicios no esenciales y al comercio exterior, donde se espera para julio una caída del 27%, acompañada de un descenso en el precio de los productos primarios, de los cuales Argentina es gran exportador, en torno al 20%.

En cuanto a la pobreza, la tasa general podía llegar al 40% a final de año (el segundo semestre de 2019 cerró con un 35,6%, con especial impacto en la pobreza infantil, que podría llegar al 58,6%, y en la tasa de pobreza extrema).

"La pobreza extrema podría llegar al 16,3% hacia el final de 2020. En términos de volúmenes de población, implicaría que entre 2019 y 2020 la cantidad de niñas, niños y adolescentes pobres pasaría de 7 millones a 7,76 millones y la pobreza extrema, de 1,8 a 2,1 millones". Esta situación se agrava en los barrios vulnerables, en los que "la incidencia de la pobreza en 2020 alcanzará a 9 de cada 10 niños y niñas".

El aumento de la pobreza está relacionado con un descenso de los ingresos en los hogares, principalmente en los vulnerables que viven de la actividad informal, y esto se debe a la imposibilidad de salir a trabajar (56%), la suspensión temporal (18%), la disminución en el nivel de ventas, pedidos o clientes (15%), la reducción de horas trabajadas (12%) y la reducción de salario (8%), "Ante la reducción de ingresos, algunos hogares (39%) han tenido que dejar de pagar algún servicio, principalmente luz, gas, teléfono, celular o internet. Estos valores ascienden al 45% en el caso los hogares de menores ingresos.

El empleo, en picada

852  mil empleos se perderían en Argentina en 2020 por la crisis por coronavirus según las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Menos remedios

5%  de los hogares tuvo que reducir el consumo de medicamentos, valor que asciende al 7,5% en los hogares ubicados en villas y asentamientos.