Con la necesidad de mostrar una campaña austera que entierre las irregularidades y la circulación de abundante efectivo en el financiamiento de la carrera presidencial de Mauricio Macri del 2015, el macrismo inauguró ayer en San Juan las cenas de recaudación con las que intentará costear los gastos de este año de cara a las elecciones legislativas de agosto y octubre.

 

Entre empanadas y lomo con papas, vino tinto y helado, y previa introducción del senador Roberto Basualdo y del diputado Eduardo Cáceres -encargados de la logística del encuentro y precandidatos a renovar sus bancas del frente Cambiemos-, el ministro Rogelio Frigerio, invitado estelar de la noche, estuvo a cargo del cierre. "Esta es una noche especial, le decía al Presidente que es la primera cena de recaudación de fondos para la campaña de todo el país. Tenemos que ser un Estado austero, y esta va a ser una campaña austera por parte del Gobierno nacional", aseguró el funcionario ante más de mil comensales, entre empresarios y militantes, que abonaron $2.500 por cubierto y se apiñaron para escuchar al ministro del Interior en el salón Palmares del departamento Chimbas. Y que dejaron unos $2,5 millones a las arcas del partido provincial, según confirmaron a Infobae fuentes partidarias.

 

 

La de San Juan, que colmó las expectativas previas de convocatoria -los organizadores esperaban unos 600 comensales- fue la primera de una serie de cenas con las que el Gobierno tratará de solventar la campaña legislativa de este año, y que a diferencia del 2015, cuando reunió a cientos de empresarios en una multitudinaria comida en uno de los salones del predio de La Rural, no tendrá a Macri como protagonista de ninguna de ellas. "Tenemos la lupa encima. Necesitamos ser muy cuidadosos", aseguró ayer a este medio un funcionario con despacho en Casa Rosada y con injerencia en la estrategia partidaria.

 

En las últimas semanas, y en vísperas del inicio formal de la campaña, el financiamiento de la campaña estuvo al tope de la agenda del oficialismo. Hace más de un mes, la Casa Rosada recibió un documento del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), que trabaja desde hace años en el fortalecimiento del control de la financiación electoral, con una serie de medidas destinadas a transparentar los aportes. El Gobierno le había dado el visto bueno y hasta redactó el borrador de un par de decretos para implementarlas. Pero tras diversas reuniones con los jueces electorales, la Casa Rosada decidió desechar los decretos, según explicaron fuentes oficiales. "No era conveniente en medio de la campaña", explicaron.

 

En ese sentido, el objetivo de los encargados de la recaudación del oficialismo está centrado en blanquear al máximo el financiamiento de este año. Hay empresarios que ya empezaron a colaborar con el partido de gobierno. La cara visible del fundraising PRO es Flavia Martini, presidenta de la fundación G25, que pasa la gorra bajo la supervisión de José Torello, apoderado del PRO y jefe de Asesores de la Casa Rosada. Hace dos semanas, Jorge Di Lello, fiscal con competencia electoral, pidió suspender los aportes a Cambiemos y a otros partidos para este año porque sospecha que las donaciones de la campaña presidencial del 2015 estuvieron plagadas de irregularidades.

 

Mañana, la gobernadora María Eugenia Vidal y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, reunirán a más de 500 candidatos bonaerenses para la última arenga de cara al inicio formal de la campaña. La bajada de línea pasará por aunar criterios, por recordarles a los dirigentes que la carrera hacia las PASO empieza oficialmente el viernes 14 de julio -habrá un timbreo masivo al otro día-, legalidad que el macrismo mancilló en los últimos días, y que hay que mantener la prolijidad en las cuentas. Toda una novedad.

 

Infobae