Una tragedia marcó su historia pero no determinó su futuro. De algún modo, desde muy pequeño, surfeó la pena y hoy puede estar orgulloso de haber vendido miles de ejemplares -y haber donado varios más- de Modo creativo, el primer libro del sanjuanino Lucas Malaisi, donde propone el concepto y los beneficios de conseguir una educación emocional, un término que creó para referirse a la necesidad de gestionar las emociones. Su mayor inspiración fue Inteligencia emocional de David Goleman, que devoró en 1999 cuando estaba en segundo año de psicología y desde entonces toda su carrera se inclinó hacia esa teoría, que amplió, desarrolló, plasmó en sus libros y charlas pero su sueño es que la educación emocional se incorpore a la currícula de las escuelas argentinas y de toda Latinoamérica. Su ley fue aprobada en Misiones y Corrientes y tiene media sanción en Catamarca. En San Juan, la presentó en 2009 y no prosperó.
Mientras la publicación editada por Paidós agotó la primer tirada de 5.000 y ya tuvo una reimpresión en septiembre pasado, el psicólogo espera el lanzamiento en marzo de Mis emociones y habilidades en la escuela que tiene una especie de "escuela para padres" y actividades para trabajar con los niños, son "técnicas para tomar conciencia de las emociones" explicó Malaisi a DIARIO DE CUYO y no duda en compartir que su historia personal es la motivación más profunda para esta cruzada por incorporar en lo cotidiano la idea de que manejar las emociones es posible y no sólo eso, sino que salva vidas.
-¿Qué es y por qué es importante la educación emocional?
Es una estrategia educativa de promoción de la salud, algo parecido a la prevención. Porque desarrollás habilidades emocionales en los chicos antes de que tengan el problema. Vemos problemáticas como consumo de drogas, violencia, depresiones, delincuencia, abandono escolar… conductas sintomáticas que tiene como común denominador una mala gestión de las emociones. La idea es adelantarnos a los problemas y evitar estas dificultades. Hay que combatir el analfabetismo emocional, personas que no gestionan sus emociones.
-¿Cuándo fue que tomaste contacto con la teoría ligada a la emociones?
Fue como estudiante. Me acuerdo que no existían los celulares en el 1999, estaba hablando con un amigo, siempre de adolescente fui muy lector, y me dijo "tenés que leer este libro". Se acababa de traducir al español la primera edición del libro la Inteligencia emocional. Dije esto me gusta, así que todos los trabajos prácticos tenía que ver con eso, incluso la tesis tuvo que ver con eso.
-¿Quién acuñó el término Educación emocional?
En un momento había que definir si me refería a alfabetización emocional o educación emocional; no existía ese término y como lo primero me parecía un como un paso previo y esto es más profundo, así que le puse "educación emocional", sin saber que muchos años antes, Rafael Bisquerra, en España, un autor con el que después trabamos una amistad y que admiro profundamente, ya había empezado años antes a hablar de esto. Él es el pionero. Yo le puse el nombre sin haber tomado contacto con sus textos.
¿Qué significa estar en Modo creativo?
-Modo creativo y Modo defensa son términos míos, es mi aporte. Es unir la biología con la psicología. Cuando uno se siente bien activa a nivel biológico el sistema nervioso parasimpático: la memoria de evocación, la inteligencia, la creatividad, el descanso, el sistema inmunológico, el digestivo, la sexualidad… todo funciona si uno está relajado, tiene mejor desempeño.
Hablo de Modo defensa cuando se activa el sistema simpático, el cuerpo está preparado para defenderse o huir; si yo estoy estresado, estoy en Modo defensa: mi desempeño disminuye porque la memoria y la inteligencia están biológicamente desactivados. ¿Quién maneja eso? El autodiálogo: la terapia cognitiva viene a decir que cuando uno cambia su autodiálogo, cambia sus emociones. Lo que pasa es que eso no cambia de un día para el otro. Uno empieza a cambiar el autodiáologo pero no se lo cree y no surte efecto. Es un entrenamiento, de a poco, hasta que uno toma conciencia. Hay personas que en su autodiálogo se maltratan, se insultan y eso es un error cognitivo. Cuando empiezan a corregir esto, aquellos que lo hacemos desarrollas un autodiálogo indulgente, motivante, entonces estás la mayor parte del tiempo en modo creativo.
-¿Qué te motiva a promover este tipo de aprendizaje?
Lo digo en las charlas y lo resumo en una frase: "Como aquel Rey de Judea que mandó a matar a uno solo, yo busco ayudar a todos los niños para ayudar a uno solo"; y es porque me tocó una circunstancia de vida difícil, de niño, mis padres tuvieron un accidente de auto, mi mamá fallece y mi padre queda ciego. Me tocó una infancia con cierta tristeza, feliz en un punto pero diferente. Empatizo y resueno con el dolor de los niños y mi propósito en la vida es ayudarlos con las emociones, empoderarlos, darles recursos y ayudarlos en las circunstancias que les toque vivir. Me inspiré en eso. Después me convertí en psicólogo. Además trabajando en el hospital me di cuenta que las intervenciones llegan tarde, cuando ya hubo un intento de suicidio o ya hay consumo de droga… El daño ya está ocasionado. Hay muchas problemáticas que pueden evitarse sólo explicando cómo funcionan las emociones. El momento presente lo disfruto, al trabajar con un docente estoy transformando a un aula, ese docente va a tener una mirada distinta para ayudar a esos niños y en ese punto, estoy sanando mi historia personal.
Las docentes siempre tuvieron una consideración especial en mi primaria, siento que les estoy devolviendo la mano que me dieron. Yo podría haber terminado mal y gracias a las palabras de alguna docente, no fue así.
Tuve una infancia linda, sí un poco triste porque a veces estaba muy solo. No me quejo, al contrario, agradezco, porque gracias a eso surgió lo que soy hoy, así que no le cambio ni un milímetro a lo vivido.