NADIE REGALÓ NADA. La imagen es fiel reflejo de cómo fue el partido. Bien jugado pero muy luchado. Los dos hicieron méritos para ganarlo. Benzema pretende ingresar a posiciones ofensivas y, entre Clemente y Semedo, lo frenan sin contemplaciones.

 

Porque el gol de visitante, en caso de igualdad de puntos vale doble, podría decirse que ante un Camp Nou repleto, con 92.000 personas en las gradas, el Real Madrid salió fortalecido con el empate en un gol conseguido ante Barcelona. Lucas Vázquez, a los 6 minutos del primer tiempo marcó para los dirigidos por el técnico argentino Santiago Solari. El brasileño Malcom igualó, a los 13 minutos de la segunda parte para el equipo catalán, en el que Messi ingresó a los 18 minutos del segundo período.

El ritmo, la pausa y el control eran de los visitantes ante un desconocido Barcelona. El técnico rosarino leyó bien el partido. Puso a Lucas Vázquez por derecha para frenar la sangría que podía producir Jordi Alba por esa zona, amenazó con Vinicius en un duelo de velocistas con Semedo por la derecha y tuvo a Benzema que pasa por un buen momento. Con la presión desactivó la línea de creación local, Busquets no acababa de entrar en el partido, Rakitic oficiaba de bombero y Arthur estaba muy errático. Enfrente Marcos Llorente, Kroos y Modric eran muy superiores. Había avisado Kroos con un remate a los 5 minutos y un minuto después Lucas Vázquez marcó la apertura.

El Barsa entró en juego a los 20 minutos. Se activaron Semedo y Malcom por la derecha y llegaron tres oportunidades que no pudieron concretar. Desde entonces y hasta el final del primer tiempo, el partido ya era de los azulgranas, pero con un fútbol alejado de sus cánones habituales, basado más en el corazón que en la técnica.

La inercia de buen juego del Barcelona se mantuvo en la segunda mitad. El partido estaba del lado azulgrana y el Camp Nou reclamaba el ingreso de Leo Messi. Arturo Vidal entró a los 15 minutos, dos después que el conjunto local consiguió el empate (13m) cuando Malcom aprovechó un remate de Luis Suárez en el palo y con un remate preciso hizo estériles los esfuerzos de los jugadores visitantes.

Movieron fichas Ernesto Valverde y Solari en el tablero ante la media hora final. Messi entró por Coutinho, Arturo Vidal por Rakitic; Casemiro salió por el lesionado Marcos Llorente y Bale por Vinicius, que fue claramente de más a menos.

Barsa deberá convertir porque el 0-0 clasificará al Madrid.

Sin físico en ninguno de los dos equipos, el partido fue otro. Solo alguna acción individual podía decantar el resultado. Lo intentó Bale, en una jugada defensiva de mérito de Semedo en el minuto 82 y prácticamente en la única aproximación del Real Madrid en el segundo tiempo.

Al final, los de Solari apretaron más, pero el marcador se mantuvo inalterable, con lo que el pase a la final se decidirá en el Bernabéu el 27 del corriente mes. Si empatan sin goles el que pasará a la final será el equipo local.