Las principales ciudades del país volvieron ayer a vestirse de celeste y blanco en una nueva marcha en contra del Gobierno, que esta vez sumó al puñado de reclamos recurrentes en este tipo de protestas ciudadanas, la inminente llegada de la vacuna rusa contra el coronavirus.
Muchas voces y carteles se levantaron para rechazar la vacuna rusa Sputnik V que abrió polémicas en el mundo porque se duda de los controles sanitarios a lo que fue y está siendo sometida en las distintas fases hasta su aprobación.
Irónicamente varios manifestantes en el Obelisco demandaron que los funcionarios del Gobierno sean los primeros en vacunarse para probar la eficacia y seguridad de las vacunas, y en segundo término se vacunen "los delincuentes".
Durante la protesta, donde también hubo una caravana, se reclamó por las compras de la vacuna contra el coronavirus y rechazaron su obligatoriedad.
"Nos quieren poner una vacuna experimental: ¿somos los cobayos que necesita el mundo? No se lo vamos a permitir", dijo un vecino que participó de la marcha en la capital de Salta. Y también apuntó contra los políticos: "Que sean ellos los que se pongan primero la vacuna".
También en Rosario, frente al Monumento a la Bandera, se podían leer carteles con frases como "Derogación de la ley 26.491" (de control de enfermedades prevenibles por vacunación), "No a la vacunación obligatoria" y "Farmafia".
Al exponer durante la marcha sus dudas sobre la vacuna que comenzaría a llegar al país en diciembre próximo, se abre un debate en el país acerca de quiénes realmente darán su consentimiento para vacunarse ya que no será obligatoria.
Por sexto mes consecutivo, los manifestantes opositores se movilizaron en el Obelisco, en distintos barrios porteños, el interior de la provincia de Buenos Aires y diferentes puntos del país.
Como ocurrió en otras oportunidades, también hubo una concentración frente a la quinta presidencial de Olivos pese a que Alberto Fernández se encuentra en La Paz, para acompañar en la asunción del presidente electo de Bolivia, Luis Arce. También hubo un grupo que se instaló frente al departamento que tiene en Recoleta la vicepresidente, Cristina Kirchner.
A las 6 de la tarde, los organizadores de la marcha leyeron frente al Obelisco un documento de 18 puntos y luego a las 19 marcharon hacia Plaza de Mayo y protestaron frente a la Casa Rosada.
Entre las convocatorias se destacaron las realizadas en Córdoba, Santa Fe,
Rosario, Mar del Plata, Salta, Jujuy, Tucumán; Santiago del Estero y Bariloche. Aquí en San Juan también salieron a batir banderas frente a la Catedral y la Plaza 25.
La marcha fue convocada para repudiar el fallo de la Corte Suprema que abrió la puerta para que el Gobierno eche de sus puestos a los camarista, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Pero, al igual que las anteriores hubo múltiples reclamos desde la defensa de la República, la independencia judicial y en contra del aborto, corrupción, etc.
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Bullrich en Córdoba, cosecha para el Pro
La exministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich viajó a Córdoba, una de las provincias más hostiles con el Gobierno, para participar desde allí de la marcha a la que ella había adherido a mitad de semana y terminó convocando desde una programa de TV.
A bordo de su auto se hizo presente en una plaza céntrica de la capital cordobesa, donde fue recibida al canto de "Se siente, se siente Pato Presidente".
"Estoy muy emocionada con todo el apoyo de la gente. Siempre estuve en todas las marchas en el Obelisco, pero estar acá en Córdoba es emocionante", expresó Bullrich ante la prensa local. "Tenemos que pedirles a los jueces que no renuncien, porque si lo hacen van a dejar a muchos argentinos decepcionados. Si los sacaron a la fuerza es porque hicieron las cosas bien", agregó.
"Que se vayan todos", "a Macri no lo acompañaron", "la Corte entregó la República", "Argentina sin Kristina", "Bruglia, Bertuzzi y Castelli no renuncien", "democracia ya", fueron varias de las consignas que mostraron los manifestantes en Córdoba. También repudiaron el avasallamiento de derechos y libertades, la liberación de los presos, la censura mediática a través del Nodio, las trabas para habilitar las clases presenciales y la falta de medidas para repuntar la crisis económica.