Miles de personas participaron ayer en Washington de una masiva marcha contra la injusticia racial y la brutalidad policial, la más grande realizada en la capital estadounidense desde que se desató la mayor ola de protestas en medio siglo tras el asesinato a manos de un policía blanco del afroamericano George Floyd, quien fue despedido por una multitud cerca de su ciudad natal en Carolina del Norte. Al menos 200.000 manifestantes se congregaron en las calles del centro de Washington, valladas por policías y vehículos militares, mientras que las convocatorias se replicaron en otras ciudades del país, como Nueva York, Chicago y Seattle, e incluso del extranjero, como Londres, París y Sydney. En París, manifestantes trataron de llegar a la embajada de Estados Unidos pese a que un juez había invocado el riesgo de contagio de coronavirus para prohibir la marcha. Miles de personas más se congregaron en la plaza del Parlamento, en el centro de Londres, para recordar a Floyd en un día lluvioso.
Similares marchas, aunque con menor número de manifestantes, hubo en otras ciudad del Reino Unido, como Manchester o Birmingham, en Inglaterra, y Cardiff, en Gales.