
Este tiempo que vivimos, en que la historia parece detenerse, es tiempo de héroes – que tienen categoría de atemporal -. Valgan mis letras en esta ocasión para aquellos héroes del aciago año de 1982. Es por eso que cada 2 de abril, con el desembarco de las fuerzas argentinas en las Islas Malvinas, se conmemora el "Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas”. Repasando aquellos días, aquella operación castrense estuvo en el ánimo de las Fuerzas Armadas desde los mismos momentos en que quebraron el orden constitucional, motivada por diversas razones, sea para perpetuarse en el poder o para legitimarlo. El momento considerado oportuno ocurrió cuando los ingleses expulsaron a un grupo de operarios argentinos de las islas Georgias del Sur que habían izado nuestro pabellón y cantado el Himno Nacional. De ahí en más, los acontecimientos se precipitaron y tomaron otro matiz. La Junta Militar desempolvó antiguas carpetas que contenían una serie de datos logísticos y estratégicos sobre la factibilidad de asaltar las islas. Esta ocupación era un secreto de estado que sólo la conocían los que estaban directamente vinculados con el tema, aunque luego se develó que el plan fue descubierto por la inteligencia estadounidense. Fue el 29 de marzo de 1982 cuando de la Base Naval Puerto Belgrano zarparon las principales unidades de la Marina de Guerra para disponer el terreno del desembarco. El plan llamado por los Servicios de Inteligencia "Operativo Azul” se puso en marcha. El 2 de abril, el pueblo argentino, incluso funcionarios, con sorpresa se enteraron de la ocupación. Todo el pueblo le otorgó al suceso un trascendente valor histórico. Hoy, a 38 años de aquella guerra, varios especialistas han analizado por qué perdimos aquella contienda si teníamos varios factores a nuestro favor: la enorme distancia que separaban las islas de Inglaterra, la pericia y heroicidad de nuestros aviadores y sobre todo la bravura y decisión con la que combatieron nuestros soldados, sin la preparación adecuada, mal alimentados y en condiciones climáticas terribles. La respuesta – según el Informe Ratenbach -, es que hubo errores incalificables, esto es en la concepción y organización general de la guerra, convirtiéndose en una lamentable aventura bélica. Uno de los capítulos de este informe es lapidario: "Al iniciar las hostilidades enfrentando una hipótesis de guerra inédita, el Ejército Argentino no se hallaba debidamente adiestrado ni capacitado para sostener un conflicto bélico de la magnitud y características del que se llevó a cabo y contra un enemigo con experiencia y un poder militar superior. La mayor parte de la clase 1962 había sido dada de baja, mientras la clase 1963 apenas había completado su incorporación, pero no su instrucción básica. Ello fue motivo de que numerosos soldados hayan sido enviados al Teatro de Operaciones Malvinas sin haber completado la instrucción elemental de tiro y combate”. Esta última consideración (lamentable) tiene, sin embargo, el mérito o la cualidad de glorificar doblemente a nuestros veteranos y caídos en aquella guerra.
Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia
