La Feria de las Colectividades, en la plaza del Teatro del Bicentenario; la Sexta Edición de la Feria de diseño, en el Centro Cultural Conte Grand; la Feria Provincial de la Cultura Popular y el Libro, en el Centro Cultural y Deportivo "La Superiora" y las innumerables ferias de emprendedores y artesanos que se se realizan los fines de semana en plazas y paseos públicos de casi todos los departamentos de la provincia, son algunas de las actividades culturales recreativas que han resurgido en los últimos meses desde que la provincia ha alcanzado un status sanitario aceptables con un bajo índice de contagios y de muertes provocadas por el covid-19.

A medida que las condiciones sanitarias fueron mejorando y el Gobierno fue flexibilizando las actividades, se aprovechó para la organización de estos eventos populares con muy buena aceptación por parte de la gente que se da cita en forma masiva cada vez que se realiza uno de estos encuentros.

Se trata de convocatorias amplias en las que se tienen en cuenta normas de seguridad básicas que no deberían descuidarse para asegurar la continuidad de este estado de situación que está permitiendo que la gente haya recuperado una de las facetas que más se anhelaban durante el extenso período de pandemia.

Desde el Gobierno provincial hasta los gobiernos municipales y entidades de bien público u organizaciones promotoras de cultura se han involucrado en estas últimas semanas en estos eventos que tienen un doble fin; promocionar productos y servicios que ofrecen distintos sectores de la comunidad y permitir que la gente conozca estas actividades que hacen al desarrollo socio cultural.

Se avecina una época del año en que estas actividades se hacen más propicias por las mismas condiciones climáticas y la predisposición de la gente por salir a disfrutar al aire libre o en lugares especialmente acondicionados.

La posibilidad de que estas ferias sean cada vez más convocantes y que todavía esté latente la posibilidad de un rebrote de coronavirus, es un llamado a la responsabilidad de organizadores y personas asistentes para que no se relajen en la necesidad de cumplir con ciertas normas de seguridad, en base a protocolos existentes.

Que estas actividades sean al aire libre no quiere decir que hay que desechar algunas normas de comportamiento básicas como el distanciamiento social o la utilización de barbijo, como mucha gente lo sigue haciendo en una forma habitual sin que nadie se lo exija, solamente por haber comprendido que es un hábito que es conveniente conservar mientras siga el peligro que implica el covid-19.