De la tranquilidad de su Caucete natal a la locura que se vive en el día a día en la Capital Federal. De su sueño de jugar al fútbol a hoy tener una empresa que le permite darle trabajo a 20 personas. Se trata de Walter Aciar, un caucetero que se forjó en Villa Etelvina y hace años se especializa en el tratamiento de campos de juego. Tiene a su cuidado unos 40 estadios de fútbol de distintas categorías y hace poco comenzó a trabajar en los predios de la Selección de Venezuela, que comanda -ni más ni menos- que José Pekerman.
Tiene 43 años y comenzó en el fútbol desde chico en su querido Etelvina, después con 14 años emigró a Buenos Aires y encontró lugar en Colegiales. Volvió a San Juan para atajar en clubes como Trinidad, Alianza, Peñarol, Arbol Verde pero la crisis del 2001 lo llevó nuevamente a la Capital Federal en búsqueda de una salida laboral. Su tío utilero de Chacarita Juniors le hizo lugar, vivía en el predio del Funebrero y comenzó a ser el entrenador de arqueros. Pero conoció a Alejandro Di Giacomo, el encargado del campo de juego y le empezó a enseñar sobre el tratamiento que debía tener una cancha. Era algo desconocido para Walter pero le gustó y comenzó a capacitarse en el tema. Tanto aprendió que dejó su cargo de entrenador de arqueros y pasó a trabajar en Independiente. En Avellaneda dice que vivía en la pensión pero se llevó amistades que perduran hasta el día de hoy como el Dibu Martínez, Rolfi Montenegro y Federico Mancuello.
"Mi vida dio un cambio para bien. Me hubiese gustado seguir jugando a la pelota pero sigo en lo que me gusta y este trabajo me ha dado la chance de conocer gente y lugares que jamás hubiese imaginado"
“Empecé hacer muchas capacitaciones en el Jardín Botánico, yo me quería dedicar a eso, ya estaba apasionado con lo que hacía”, manifiesta. Viajó a Inglaterra para hacer un curso en el Manchester: “Los campos de juego en la Premier Ligue son los mejores, yo estuve dos semanas y lo que aprendí ahi fue abismal, creo que ahí di el salto de calidad”, manifiesta quien pronto irá a España para realizar una nueva capacitación.
Las propuestas de otros clubes no tardaron en llegar y Walter tuvo que desistir de Independiente -que hasta ese momento lo tenía como canchero exclusivo- entonces volvió a Chacarita y fue ahí que le dio forma a su empresa: “Walter Aciar mantenimiento de Campos Deportivos”. El caucetero cuenta que lo llamó Matías Almeida para trabajar en Banfield, Gabriel Heinze para ir a Argentinos Juniors y hasta el “Chacho” Coudet para ir a Racing.
¿En qué consiste su trabajo? En realizar tratamientos casi desde cero para que el césped se mantenga fuerte y soporte cualquier situación climática. Ahora hace poco comenzó a tratar el campo de juego del estadio “La Ciudadela” de San Martin de Tucumán. “Fui asesorar a San Martín y a las dos semanas mandé un camión con todas mis máquinas para hacer un trabajo muy grande y como implicaba mucho trabajo trasladar las máquinas 1.200 kilómetros desde Capital Federal a Tucumán el club invirtió y las compró. Así que ahora hay dos de mis empleados allá y yo viajo una vez por mes para hacer el asesoramiento y el plan de trabajo”, explicó.
En total hoy atiende 40 campos de juego de distintas categorías, en Racing, Aciar realiza el tratamiento general pero con las maquinarias que posee el club, en otros, como Dock Sud que no tiene el equipamiento, el sanjuanino lleva sus máquinas. “Hace poco recibí un llamado más que especial, me llamó Batista y Pekerman que querían que les tratara los campos de juego. No lo podía creer”, comenta del otro lado del teléfono el caucetero. Inmediatamente voló a Venezuela para tratar todos los predios donde se entrenará la “Vinotinto”. Ayer, trabajando en cancha de Banfield, el director técnico Diego Dabove se acercó para felicitarlo tras enterarse que había viajado a Venezuela.
"Con Matías Almeyda me junté varias veces a jugar al fútbol. Esas cosas son impagables"
“Siempre que puedo viajo a mi San Juan, hace poco fui por el cumpleaños de mi papá pero fue solo por el día. Es increíble por ahí ponerse a pensar todo lo que ha pasado. Para uno que es de San Juan, cuando me vine pensé que iba a ser una aguja en un pajal pero no fue así. Venir de un lugar tan chico a una selva como Buenos Aires era un desafío enorme pero no me puedo quejar de todo lo que me ha dado la vida y el fútbol”, expresó quien en su empresa incluso tiene a sus tres cuñados -también sanjuaninos- trabajando con él.
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Aciar no para de agradecer y también le agradece a Chacarita, el club que le abrió las puertas cuando más lo necesitaba. El club funebrero que milita en la Primera Nacional hace poco le colocó el logo de la empresa del sanjuanino en el pantalón del primer equipo. “Para mí es un orgullo enorme. No puedo pedir más”, cerró.