Llegó a las 17 en punto, con una carpetita de acrílico y una remera negra, ambas cosas con el mismo logo: Space App, en grandes mayúsculas, y un poco más arriba NASA Challenge. Más bien alto, con un barba y cabellos rubios, Gabriel Yudewitz entró a la redacción de DIARIO DE CUYO con asombro, incluso bromeó sobre lo insólito de la situación. Sin dejar de usar el celular, se sentó en el sillón de cuero negro y puso sobre la mesa la carpeta que contiene el proyecto que podría catapultarlo, nada más y nada menos, que a la NASA. 

Entre risas y un poco de nerviosismo, Gabriel comentó que estuvo a punto de no participar de la competición que reúne a miles de investigadores, científicos y estudiantes de todo el mundo. Un amigo que estudia en el Instituto Balseiro le propuso ir a Mendoza y concursar en el NASA Space Apps Challenge: un concurso de proyectos, con formato de hackatón, que se realiza en más de 200 ciudades del globo, simultáneamente. Él, que estudia la Licenciatura en Bilogía -actualmente en 3er año-, recogió el guante. Sin embargo, a escasos días de viajar, su eventual compañero decidió bajarse por motivos académicos. Gabriel quedó solo.

Aún en soledad y sin conocidos en el ámbito de la ciencia en la hermana provincia, Gabriel no dudó de su participación- Viajó, consiguió hospedaje en la casa de la novia de un amigo, y escribió en el grupo de WhatsApp del evento que no tenía un equipo. Tuvo la cuota de suerte que se necesita para cualquier cosa y unos chicos le contestaron que podía formar parte de ellos –heraldos de buenas noticias, diría Carlos Solari-. 

Así, sin conocer a nadie y, básicamente, sin tampoco saber demasiado dónde estaba parado, Gabriel empezó a interactuar con el nuevo grupo. Un equipo formado por diseñadores industriales, licenciados en ciencias robóticas, un ingeniero electromecánico, una traductora y él como biólogo, quien luego sería una pieza indispensable. Esto se debe a la temática que eligieron:WarmingPlanet, Cool Ideas”, que tiene como eje realizar proyector para combatir el calentamiento global y Gabriel es un militante de esa causa. De hecho, la primera vez que este medio charló con él fue durante la marcha que los ambientalistas organizaron en San Juan para hacerse eco de las palabras de Greta Thunberg.

Gabriel, ya sin el celular en la mano y más relajado, contó algunos detalles sobre el proyecto, que, por ejemplo, fue diseñado de manera maratónica en menos de 5 horas. O, también, las particularidades del edificio donde se desplegaba el evento: “es igual a las oficinas de Google, hay juegos, café, golosinas y podés descansar si querés. Esto es, según explicó, para que en la comodidad desarrollen mayor creatividad.

El joven estudiante de 21 años, como único conocedor de biología, fue quien aportó los conocimientos para desarrollar la idea de un dron acompañado por un robot que analiza la calidad de los suelos y escoge cuál es la vegetación indicada para esa particularidad.

“Esta solución ayudará a reforestar muchas áreas desocupadas de la Tierra, buscando revertir los efectos del calentamiento global y el cambio climático” dijo Yudewitz. 

Los cimientos de la competición se erigieron sobre la base de la resolución de problemas reales y concretos con la utilización de los conocimientos y tecnologías aportados por la NASA desde sus inicios. Por esto, el equipo que integra Gabriel, Avengersofearth -en clara alusión a la película, bajo la frase “Si no podemos proteger la Tierra, puedes estar seguro de que la vengaremos”- utilizarían las herramientas de vanguardia de la institución, en caso de ser seleccionados para viajar a las oficinas en Washington, Estados Unidos. 

La dinámica del desafío fue, según comentó Gabriel, de la siguiente manera: cada equipo elegía un tema e intentaba darle solución, luego el jurado decidía conforme a la posibilidad de realización, la coherencia y pertinencia con los criterios de la NASA, por supuesto con el toque de creatividad necesario. La final estuvo llena de nervios y expectativas, pero particularmente para Gabriel. Una peripecia más complicaría todo.

El domingo 20 de octubre se anunciaron los ganadores y él no contaba con que el jurado demoraría tantas horas. Tenía el pasaje para volver a San Juan a las 21.30 pero no podía perderse la premiación, que finalizó media hora antes de esa hora, y en la que los Avengers se consagraron con el segundo puesto. 

Con una felicidad que todavía le ilumina el rostro, tuvo que salir corriendo a buscar un taxi que lo llevara inmediatamente a la terminal mendocina. No había, la ciudad ya estaba dormida. Los compañeros lo ayudaron y pidieron un Uber que llegó después de varios minutos. En tiempo de descuento, con el colectivo a punto de salir, Gabriel logró subir y volver a San Juan. Volvió con la esperanza de viajar a la NASA, pero, sobre todo, de poner en marcha el proyecto y mejorar, aunque sea un poco, el hogar de la humanidad. No obstante, además del pequeño pero significativo peldaño que escaló con la obtención del segundo puesto, el equipo de Avengersofearth -según la planificación de la organización del Space Apps- se vio beneficiado con una “incubadora”: una empresa mendocina para la cual desarrollarán nuevas ideas y tecnologías. 

De todas formas, el incipiente éxito no nubla la vista de Gabriel y el resto del grupo. Saben que todavía deben competir con los ganadores de otras muchas naciones. En el 2018 un equipo rosarino ganó a nivel internacional y llegó a ver el lanzamiento del Falcon 9 de Space X, en el mismísimo Cabo Cañaveral -sí, el de las películas. Deberán estar atentos e ir mejorando la propuesta a cada paso para quedar entre los 6 equipos que recibe la NASA en su seno íntimo y para lo que, de acuerdo a las condiciones de este challenge, también dispondrá su tecnología de punta. 

Finalmente, Gabriel contó que el proyecto será evaluado por un jurado de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, en sus siglas en inglés) con un rigor determinante. Los participantes deben presentar un video de 30 segundos -que ya tienen listo- en donde expliquen por qué su proyecto debería ser tenido en cuenta y por qué merece ser llevado a cabo. Mientras están ocupados en eso, Avengersofearth no deja de recibir propuestas sobre charlas motivacionales, como la que darán en unos días en la Legislatura de Mendoza, en el marco del programa Jóvenes Protagonistas. 

Las decisiones de la NASA se esperan para finales de diciembre y Gabriel, que no deja de cruzar los dedos, al mismo tiempo que habla los profesores de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNSJ y también de Ingeniería, para agregar innovaciones en el terreno de la vinculación biológica. “Es increíble el potencial científico e intelectual que hay en la región, en muchas cosas estamos más adelantados de lo que creemos”, dijo la promesa sanjuanina que trabaja por pisar tierra estadounidense.
 

El proyecto
La base del proyecto de los Vengadores de la Tierra se sustenta en el combate contra el cambio climático. “A medida que pasa el tiempo, el clima en nuestro planeta cambia drásticamente, y el uso descuidado de la naturaleza por parte de los humanos tiene consecuencias terribles que amenazan la vida en la Tierra”, enfatizan; y agregan que “la contaminación ha disminuido la vegetación y la posibilidad de cultivar áreas verdes.

Al mismo tiempo, una de las consecuencias de tener cada vez menos vegetación es el calentamiento global, debido al aumento de carbono gaseoso en la atmósfera”.Es por esto que el equipo desarrolló una idea que permita la reforestación de algunas zonas.

El plan, que se encuentra en la web del NASA SpaceChallenge, detalla el uso de un dron y un vehículo -que es un laboratorio móvil no tripulado- que escaneará y analizará un terreno asignado a través de diferentes técnicas. A partir de esta exploración aérea de superficie con una cámara multiespectral, se conoce el estado del suelo y la vegetación. El dron enviará una señal a un vehículo para llegar a esa área en particular.

Una vez allí, y de acuerdo con la información recibida, el vehículo analizará los parámetros físicos: pH, permeabilidad, conductividad, temperatura y granulometría; y parámetros químicos: composición mineralógica, materia orgánica, metales pesados, etc. Si el área está contaminada, el robot analizará la información de la muestra de suelo para implementar posibles soluciones (cultivo de hongos, bacterias o fitorremediación, etc.).