"Muchachos sabrán lo que está saliendo en las redes sociales: ustedes saben quién soy yo y sé que cometo errores. Pero se los juro por mi madre que está mal de salud que en este tiempo no la he tocado y que yo voy a aclarar las cosas les pido disculpas y que lo que se dice no es así". No fue un mensaje a los medios, tampoco en las redes sociales. El mensaje, tal cual aparece escrito en el inicio de este texto, salió durante la mañana de ayer del teléfono de Sebastián Villa y llegó a sus compañeros. A los otros integrantes del plantel de Boca. Con un emoji de un corazón y las manitos rezando al final. Las palabras del colombiano enseguida sorprendieron a todos, a los muchos que estaban al tanto de la denuncia de Daniela Cortés a través de su cuenta de Instagram y a los pocos que no habían visto nada. Los dejó con la boca abierta. Principalmente, porque su compañero no negaba haber golpeado a su pareja, sino que sólo decía que no lo había hecho en esta ocasión. "No lo podíamos creer", fue una de las reacciones. "Si viene pasando desde hace dos años, no había dado ninguna señal", agregó otro.
En el club provocó algo parecido. Villa se comunicó y habló con un dirigente, al que le confirmó lo mismo que a sus compañeros. "Le juró que ahora no hizo nada, dijo que se había criado en un ambiente bravo y que había sido violento, pero la religión que se metió le cambió la vida", le contaron al diario deportivo Olé desde el club. La religión a la que se refirió Villa es una iglesia millennial que llegó a la Argentina hace tres años, un culto pentecostal de origen australiano que reúne miles de personas cada fin de semana, incluso de manera online. De hecho, el delantero contó semanas atrás en una entrevista que Dios le enseñó el camino correcto y recientemente hizo un vivo de Instagram con Chris Méndez, el pastor líder de Hillsong en Argentina, Uruguay, Brasil y México.
Sí tenían la información en Boca de que Villa se había separado de su pareja y que ella había regresado por una semana luego de la consagración de Boca frente a Gimnasia, pero por el aislamiento obligatorio y el cierre de fronteras por la pandemia no pudo volver a irse para su país. "Hace un tiempo estaba viviendo con Juanfer", aseguraron. Aunque en estos días de cuarentena se los vio juntos en las redes sociales en distintos posteos.
En el club le ofrecieron poner los abogados, aunque la agencia que lo maneja (GO PRO) prefirió elegir a Hipólito Pino, quien tuvo presencia en los medios hace muchos años por representar a la familia de Francisco Vrech, un adolescente que murió atropellado por un auto que circulaba a gran velocidad. Luego, en su denuncia penal, Villa amplió su versión de los hechos, enfocándose en la supuesta agresión ocurrida al lunes por la noche. "Daniela Cortés no paraba de agredirme verbalmente exigiendo sumas dinerarias que debía entregar tanto aquí como en Colombia, caso contrario arruinaría mi carrera. Me pedía 50.000 dólares en Buenos Aires y 100.000 en Colombia, junto con pasaje en vuelo privado de repatriación, caso contrario se golpearía y me denunciaría", dijo el mail enviado por el número 22 xeneize. Además, contó que el 23 de abril "decidió dejar de dialogar (con su pareja) y evitarla en la casa, hasta que el 27 me comenzó a agredir verbalmente físicamente con patadas, por lo que dijo que a las 18.45 se fue a la casa de Juanfer Quintero, en el barrio contiguo.
Consejo
Miguel Russo se comunicó en las últimas horas con Sebastián Villa para escuchar su explicación de los hechos de manera directa. El entrenador le manifestó que tratara de mantenerse alejado de cualquier declaración pública y que lo tuviera al tanto de la situación judicial.
ANTECEDENTES
Otros casos que causaron gran impacto
La denuncia contra Sebastián Villa por violencia de género retrotrae otros hechos similares que sucedieron con jugadores en el fútbol argentino.
Y en Boca no hace mucho tiempo pasó ya que en enero del 2018 los también colombianos Edwin Cardona y Wilmer Barrios fueron acusados por tres mujeres de abuso sexual, lesiones y amenazas tras una fiesta realizada en un hotel en Puerto Madero.
Aquella noche también estaba Frank Fabra, aunque las denuncias no iban en su contra.
El club xeneize separó momentáneamente del plantel a los dos primeros y quedaron fuera de un partido ante River. En mayo del 2017, la denuncia por violencia de género tuvo en la mira a otro exjugador de Boca como Ricardo Centurión.
Lo denunció por violencia de género su pareja de entonces, Melisa Tozzi, fallecida recientemente. Incluso, Vélez -su actual club- fue muy criticado en su momento cuando lo contrató con ese antecedente.
En noviembre del 2019, el delantero de Racing, Jonathan Cristaldo, fue denunciado por su expareja y madre de sus hijos por violencia. Morella De Las Heras radicó la denuncia ante la Justicia y aseguró, a través de un vídeo difundido en las redes sociales, en la que mostraba su rostro y sangre en el suelo, que Cristaldo la golpeó y la arrastró por el piso de la casa.
Uno de los últimos casos fue el del volante "Lucho" González, a quien su esposa lo denunció en Brasil por golpearla y llevarse todas las pertenencias de valor de la casa que habitaban.