Carlos Silveiro Riveros (58), el hombre que sobrevivió en el vuelco fatal ocurrido en Chimbas el último sábado, tuvo una "pequeña mejoría", según lo expresado por su hermano Marcelo, aunque sigue sin despertar.
El familiar explicó que este martes será un día clave, pues los médicos tienen planeado disminuir los sedantes para despertarlo y evaluar su reacción.
Riveros se encuentra internado en la Terapia Intensiva del Hospital Rawson. Según Marcelo, "el panorama es alentador", pese a que el estado de su hermano no deja de ser grave, sobretodo por las lesiones que tiene en la cabeza, sumado a que tiene comprometido el pulmón derecho. Además, presenta fracturas en el omóplato derecho y en costillas de ese costado.
La tragedia fue durente la tarde del sábado. Un amigo de Riveros llamado Juan Carlos Canizo (63) fue quien se llevó la peor parte, puesto que quedó aprisionado bajo el auto y murió en el acto.
Los dos habían ido a visitar la gruta que le hicieron a un amigo de ellos en el lugar donde había fallecido en un siniestro vial. Por esas cosas del destino, esta vez fueron ellos los que se accidentaron al darse vuelta cuando regresaban y las consecuencias fueron fatales para el conductor del auto.
Canizo era chapista y mecánico. Vivía con su familia en el Barrio Parque Industrial, en Chimbas, y en la misma casa tenía su taller. A ese lugar iba prácticamente todos los días su vecino Carlos Silveiro Riveros, un albañil y changarín con quien compartía una amistad de muchísimos años. Allí pasaban horas conversando y haciendo planes, como ocurrió el último sábado, cuando se pusieron de acuerdo para ir a llevar flores a la gruta en honor a Leonardo Ruperto Suárez, un amigo de ellos que con 39 años falleció el 2 de diciembre de 2012 al chocar en moto contra una camioneta, en la Ruta 40.
Canizo y Riveros salieron en el Chevrolet Corsa que el primero de ellos había adquirido hace poco. Los amigos pasaron por Albardón, donde Canizo tenía familiares, y luego fueron hasta la gruta, situada cerca de la zona de Talacasto. Nunca imaginaron que al regresar iban a cruzarse con la tragedia. Fue a eso de las 19.45, en Chimbas, cuando transitaban por calle Salta en dirección al Sur. Unos 500 metros antes de llegar a la Costanera, por razones que se tratan de determinar, el conductor perdió el dominio del Corsa, invadiendo el carril contrario para luego atravesar la banquina, colisionar contra el guardarraíl y caer en un barranco de una altura de 3 a 4 metros formado por el paso del agua que deja la creciente, señalaron fuentes judiciales.
La familia de Riveros pide que continúen las cadenas de oración.