Un instante de extrema tensión se vivió en la cancha Suzanne-Lenglen de Roland Garros durante el partido que disputaban el suizo Stan Wawrinka y el alemán Dominik Koepfer, un encuentro correspondiente a la segunda ronda de este prestigioso torneo que transcurría con total normalidad. Fue un fuerte sonido de explosión la que paralizó a ambos tenistas y puso en alerta a los presentes.
Ocurrió cuando recién comenzaba el duelo. Koepfer, número 61 del ránking ATP, que ya caía 1-0 ante Wawrinka, iba a sacar en el segundo game con una ventaja de 30-15 pero se detuvo ante un estremecedor ruido de explosión.
El jugador germano y el suizo se miraron atónitos, esbozaron una sonrisa con mucho nerviosismo y continuaron con el juego visiblemente conmovidos. Stan Wawrinka, que había eliminado a Andy Murray en primera ronda, continuó jugando a buen nivel y se colocó arriba por 6-3 y 6-2.
Sobre la presunta explosión, la Prefectura de Policía de París emitió un comunicado para llevar tranquilidad por ese fuerte sonido que encendió las alarmas en la capital francesa: “Se escuchó un ruido muy importante en París y en la región de París. No fue una explosión, se trató de un avión de combate que cruzó la barrera del sonido. ¡No colapsen las líneas de emergencia!”
Afortunadamente se trató de un efecto de sonido provocado por una aeronave, pero fueron segundos de máxima tensión porque desde la transmisión de TV se puede ver que se sintió como aquel amistoso Alemania-Francia de noviembre de 2015 disputado en el Stade de France, en Saint Denis.
Esa trágica noche de un viernes 13 la capital francesa vivió una serie de atentados mortales con más de 120 víctimas fatales y 300 heridos. Y todo empezó en las proximidades del estadio, con tres terroristas yihadistas que se inmolaron con cinturones explosivos. En el campo de juego pensaron que se trataba de fuegos artificiales y se disputaron los 90 minutos, una decisión de las autoridades para evitar el pánico, como el que tuvieron por un instante los pocos presentes en Ronald Garros.