Durante el último año, el mundo digital tuvo una gran importancia. En el confinamiento fue el único recurso que nos mantenía conectados: con nuestro trabajo, nuestra familia y amigos, y también con distintas formas de entretenimiento.
En los meses de encierro, aumentó en todo el mundo el tráfico de contenidos audiovisuales en Internet, ya que era una de las formas más elegidas para divertirse o simplemente desconectar de la incierta realidad. Y a pesar de que el contenido en streaming ya era una gran parte de nuestras vidas, en el 2020 se vieron ciertos cambios: un enorme aumento en el número de usuarios en los distintos servicios, surgieron muchas otras plataformas y se incrementó el consumo de contenido por Torrents.

¿Cuál es la mejor forma de ver contenido?
El mundo online siempre presenta opciones legales como opciones ilegales de hacer las cosas. Así como existen los softwares o programas pagos, también existen sus versiones piratas. Para el contenido audiovisual se establece la misma regla: hay 2 mundos que no siempre están bien diferenciados.
Sin duda todos conocemos la forma más sencilla y legal de consumir contenido: pagando una suscripción a una plataforma de streaming como Netflix, HBO, Disney+, entre otras. En este caso, se paga por el acceso a todo el contenido de esa plataforma, para verlo cuando quieras. Además, estas empresas siempre están generando contenido nuevo, por lo que su biblioteca se renueva constantemente.
Pero si se buscan opciones gratuitas, no hay muchas que sean legales en Internet desafortunadamente. Podemos aprovechar los tiempos de prueba de una suscripción o consumir contenidos que están disponibles por un tiempo determinado, pero no sería un servicio on demand. Es por eso que muchas personas recurren a webs piratas en donde se distribuye contenido de todo tipo mediante distintos reproductores, algo que no es legal en el país.
Otra de las formas de consumir contenido audiovisual que ha estado en alza es mediante la descarga de torrents. La descarga por torrents es una operación P2P en donde el archivo se dispersa entre una red descentralizada de usuarios, utilizando mejor los servidores y permitiendo una descarga mucho más rápida. Con este sistema, la información se descarga “por trozos” de distintas partes, lo que hace que sea más veloz.
Aunque su uso es controvertido, los torrents no son algo ilegal per se, ya que muchas empresas los utilizan para enviar archivos de gran tamaño más eficientemente. El problema con los torrents es que generalmente se utiliza para la descarga de contenido que infringe las leyes de derechos de autor como lo son las películas, series, videoclips, canciones, entre otro tipo de archivos.
Sin lugar a dudas se puede afirmar que en Internet, las líneas entre la legalidad y la ilegalidad están aún difusas. A pesar de que existen leyes que regulan la piratería y el consumo de este tipo de contenido de forma ilegal, no son regulaciones que estén pensadas específicamente para el mundo online tan complejo en el que vivimos hoy.
En el futuro, seguramente encontraremos más alternativas de plataformas de streaming con distintos niveles de precios, contenidos gratuitos y una regulación un poco más clara en cuanto al consumo audiovisual en Internet. Por lo pronto, seguiremos disfrutando de todo tipo de contenidos, incluso cine argentino, mediante nuestras pantallas de la mejor forma que podamos.
Por Emilia Gonzalez
