Entrega. Mena trata de dominar la bocha ante la marca italiana. Los chicos fueron pura entrega, pero no lograron subirse al podio.

 

Jugaron los últimos treinta segundos sin arquero. Con seis jugadores de campo. Todo por alcanzar el empate ante Italia y forzar el alargue. Pero no les alcanzó. Perdieron 6-5 contra los Tanos y quedaron cuartos en el Mundial. No fue el objetivo inicial pero nadie les podrá achacar nada porque dieron todo. Tuvieron fallas que les costó el partido, pero esa remontada ayer ante Italia dejó en evidencia el coraje del equipo de Eduardo Quiroga.

Se sabe que jugar por el tercer puesto no es ni siquiera un consuelo. Es el partido en el que nadie quiere estar. Más aún porque el día anterior, en semifinales, todavía se edificaban sueños de gloria pensando en el título mundial. Pero los chicos argentinos del Sub-20, que estaban en esa situación, se levantaron, se lavaron la cara y le metieron para adelante. Salieron a jugar ese partido raro frente a Italia -justamente contra el equipo con el que habían debutado- y, como todo el torneo, adoptaron como sistema de juego el ataque por sobre cualquier otra contingencia.

El problema es que estaban mal anímicamente y difícilmente soportarían alguna contingencia en contra. Pero con el paso de los minutos el panorama fue cambiando diametralmente. Argentina no encontró nunca más su juego e Italia empezó a acelerar su ritmo y con mucha efectividad le metió un mazazo a las ilusiones argentinas. Los chicos albicelestes salieron a vender cara su derrota, pero aunque dejaron todo no les alcanzó.