
Hoy, 11 de diciembre, se celebra el "Día Nacional del Tango”, recordando los nacimientos de Carlos Gardel y de Julio De Caro. En el año 2009 el tango fue inscripto en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Por tal motivo, dos colaboradores de DIARIO DE CUYO, Carlos Buscemi, quien se refiere al bandoneón en Argentina y Fanny Escolar de Siere, con la poesía de su autoría sobre el tango, brindan su homenaje a este género musical.
El bandoneón en Argentina
Podría decirse que se inició una relación en 2×4. Fuera de Buenos Aires y de la Argentina es increíble cómo se baila el tango en otros países como Japón, Francia, Uruguay etc. Si nos referimos a Alemania, cada semana se organizan varias "milongas” en locales bailables, entre ellos "Roter Salón”, "Salón Urquiza” o "Tangoloft”. Esta movida tanguera incluía a Klaus Gutjahr, uno de los últimos expertos en el arte de construir bandoneones. Lo que es casualidad para algunos, resulta lógico para otros. Desde Alemania salió el primer bandoneón con rumbo a la Argentina. Llegó en 1900 a los muelles porteños de la mano de marineros alemanes. Según se sabe hoy, fueron los lutieres Carl Friedrich Zimmermann y Heinrich Band quienes cada uno por su lado, e inspirados en la concertina alemana, un acordeón en forma hexagonal inventado en 1820 idearon el bandoneón. También se dice que los acordes de los órganos tuvieron mucho que ver, puesto que únicamente se podían escuchar donde estaban instalados, fuera una iglesia, parroquia, auditorio etc. Es decir bellos sonidos que no podían llevarse consigo. Fue entonces cuando Band le generó el prestigio de relevancia que tiene en la actualidad; además, dicha persona tenía en su haber un gran bagaje musical, pues uno de sus tíos había sido violinista y compositor: nada menos que Nicolás Paganini. A pesar de semejante herencia musical, el bandoneón, sinónimo de tango en nuestro país, se utilizaba en Alemania únicamente para ejecutar música popular. Muy pocos sabían que la extensión de su registro permite tocar música con una amplitud tan grande como la de un piano, explicaba Gutjahr desde Berlín.Cerca del 90% de los bandoneones que se usaban en Argentina provenían de Alemania. Este lutier a los 8 años aprendió a tocarlo de la mano de su padre. Después profundizó sus conocimientos en el Julios Institut de la Universidad de Bellas Artes de Berlín donde despertó curiosidad y hasta pasión por el mecanismo de este aparato musical. El virtuoso Juan José Mosalini le compró el primero que construyó. Nada hacía presumir que la fascinación que irradiaba su sonido se expandiría entre la población alemana, a tal punto, que a muchos les cambió la vida. Nicole Nau fue uno de esos casos. Nacida en Düsseldorf (Alemania) en 1963 hasta fines de 1980 pensaba en un futuro ligado al mundo de la publicidad y el diseño gráfico. Sin embargo fue famosa bailarina de tango junto a su esposo Luis Pereyra, llegando a ser referentes a ambos lados del Atlantico. A un periodista argentino le dijo: "Cuando mi esposo y yo vamos de gira a Alemania les llevamos un tango muy cercano a las raíces, el baile de un pueblo. El alemán encuentra en esta danza libertad, ritmo, sensibilidad, les llevamos…¡un tango”!
Por Carlos R. Buscemi Escritor
El Tango
El tango es nostalgia/
y remembranza.//
Se lo baila de a dos/
cuerpo con cuerpo/
en la magia sutil/
del dos por cuatro.//
Es engranaje/
de recuerdos idos/
de un farol, de ese amor,/
de una barriada,/
que en la queja tristona/
de ese fuelle/
se desgrana en el ritmo/
tuyo y mío.//
El tango es del suburbio/
y es del centro.//
El tango es emoción/
y es un lamento/
en un ritual sensual/
y apasionado.//
El tango es Piazzolla/
y también Homero Manzi.//
Es melancolía desgranada/
en mustios pétalos perdidos.//
El tango es nuestro.//
El que baila un país/
y aplaude el mundo.//
Es la voz de Gardel/
siempre presente.//
El tango es tuyo y mío/
¡El tango es nuestro!
Fanny Escolar de Siere Profesora en Letras
