Gran referente para el teatro independiente, Ernesto Suárez es docente, actor, director y dramaturgo, su trayectoria artística representa una escuela itinerante para numerosos colegas por toda Latinoamérica y el Caribe a través de sus obras y su ejemplo de conducta. A los 78 años, "el Flaco" no baja los brazos en sostener con la calidad de siempre su labor educadora al servicio de los chicos, por ello, fue invitado para participar en el Festival Sanjuaniiiños para dar un seminario de formación (ver recuadro). El Creador de "El león matón", "Historia de un chupetín" y "Perseguidos por reír", entre varios títulos, dialogó con DIARIO DE CUYO y sentó su posición respecto a que los espectáculos infantiles no deben subestimar a los niños como meros espectadores pasivos y alienados de su realidad.

 

– ¿Cuál es su mirada acerca del teatro infantil?

– El teatro no tiene que competir con la televisión. En la tele hay shows muchas veces superficiales que hacen a los chicos cantar o bailar. Pero el teatro tiene que contar historias, recuperar aquello que se hace orgánicamente para no tratar a los chicos de tontos. Me parece que el teatro es un arte respetable. El niño es un ser humano mejor que nosotros. Se cree comúnmente que el teatro infantil es una tontera o que es un género menor y fácil. Al contrario, es un arte mayor; hay que ser honesto, tener una dinámica de historias que a los niños les interesen y los saquen de la estupidez aculturizante que tienen los productos de la televisión.

– ¿Cómo hacer frente a un público cada vez más estimulado por la tecnología?

– Me parece una gran mentira caer siempre en la imitación de esos grandes espectáculos para niños donde los padres los llevan sólo para ver a la chica bonita que se muestre, que baila y cante; y que el resto haga coreografías estúpidas y superficiales. En cambio si al niño lo tratas como a un ser inteligente, va a volver sin dudas al teatro. El niño es un sujeto mucho más real que el adulto. No está domesticado todavía. Si la obra le gusta, se queda con la boquita abierta mirando y sintiendo.

– ¿Es necesario volver a las fuentes del teatro?

– No sólo eso, hace falta que esas fuentes del teatro no copien a la televisión. Cuando cuenten historias, la gente volverá a ver la obra que tenga un lenguaje común y cotidiano. El sistema los aliena sin hacerlos vivir el arte. El arte es síntesis, es mensaje, es imagen, pero si se quiere copiar a la televisión, cosa que no se debe hacer, el espectáculo le llenará a la cabeza del chico un montón de estupideces. Si querés hacer arte sanjuanino, mendocino o cordobés, el chico debe decodificar, mirar lo que está pasando, participar activamente, sentirlo. Cuando les ordenás a los chicos "¡Golpeen las manitos!", los obligás a hacerlo. Eso no es participación, es conducción. Una cosa es que el teatro sea conductista o que el teatro sea abierto para que grandes y chicos razonen y sientan, se emocionen con la historia contada y tomen partido con lo que pasa en escena. Sólo pido respeto al niño. Sigamos con la computadora y el teléfono que está bien, es el futuro, pero también hay una parte de ese futuro que nos puede llevar a la incomunicación, a no usar el cuerpo, a la soledad.

– Y al individualismo…

– Sí, totalmente, porque nos cruzan con modelos de comedias musicales de cuarta categoría de Buenos Aires y nos venden que eso es arte. Pero no, es una gran mentira. Arte es contar una historia, es tener una estética, que el niño no sea tratado de tonto. En el cuento original de Caperucita -esto lo estudiaron varios sociólogos- la niña tiene un medio atroz inducido por su madre, la capa roja simboliza la primera menstruación; por otro lado, le advierten que no se enfrente al lobo del bosque. La verdad, lo que enseña esta historia es que aprenda a tener miedo. Se inculcan valores como el machismo, la no libertad del amor, el sexo como un castigo, la obediencia, el verticalismo. Entonces, lo que planteo es todo lo opuesto en mis obras. Creo que hay que luchar para que el teatro vuelva a su origen, para que no copie a la televisión un montón de pelot…, perdón por ser tan sincero para hablar y tan poco fino.

– Se hizo muy frecuente que elencos y artistas locales prefieran hacer teatro de experimentación. Pero, ¿se trabaja poco el género infantil?

– El teatro infantil no morirá nunca. Tengo una frase muy linda del técnico de fútbol Claudio Borghi que dice: "El que se olvida de dónde viene, nunca sabe a dónde va". En San Juan debe haber miles de historias para contar, pero entramos en modismos. Es más fácil copiar lo que viene de otro lado. Empieza el hiperrealismo, el público no crece y si los actores andan sin público, no hay teatro. Si hay 200 tipos que solamente van a ver el mismo tipo de teatro, bueno… no me parece mal lo experimental, pero si queremos vivir de esto, que más gente vaya, si somos latinoamericanos, argentinos, mendocinos o sanjuaninos, tenemos que hacer un teatro para la imaginación, la comunicación, la organicidad; no en mostrar cinco tipos que hagan una coreografía y no sepan actuar. Si cada fin de semana se llena la sala de niños con sólo interpretar cuentos, es porque hago un teatro sencillo, profundo y popular. 

– ¿Qué cosas lo emocionan después de una función?

– Ocurren muchas situaciones. Una de ellas que me conmovió mucho fue cuando después de hacer El Quijote, fui a tomar un helado y del otro lado de la vidriera de la heladería, un niño jugaba solo y hacía como que tenía una lanza y subido a un caballo. Me miraba y sonreía. No entendía nada lo que pasaba. Entonces me dijo la madre que el nene me hizo toda una escena de la obra de El Quijote por la ventana. Eso fue tremendo para mí y nos despedimos con un fuerte y sentido abrazo.

 

"El arte es síntesis, es mensaje, es imagen, pero si se quiere copiar a la televisión, cosa que no se debe hacer, el espectáculo le llenará a la cabeza del chico un montón de estupideces". 

Sanjuaniiiños

Ernesto Suárez abordará en su seminario la construcción de espectáculos para espacios no convencionales y tendrá lugar en El Centro Cultural Estación San Martín y en El Anfiteatro El Globito (Avenida España y Mitre) hoy de 14 a 17 hs de manera gratuita para artistas teatrales. Además, presentará "El caballero, la doncella y sus valientes primos", escuelas de nivel inicial, primario y secundario, con función doble (a las 10 y a las 14.30) en El Teatro Sarmiento (Alem 34 norte).