El templo jachallero, resurgido, como una combinación para la fe y el turismo.

Hemos asistido no hace mucho tiempo a la inauguración de la obra de reconstrucción del Santuario Arquidiocesano de San José de Jáchal considerado un ícono del patrimonio religioso del departamento, con una innegable trascendencia provincial, nacional y también internacional, si tenemos en cuenta el alto valor arquitectónico y monumental que tiene este templo.

Los pergaminos históricos y religiosos del Santuario son vastos y de enorme valor. Su origen está en la capilla de Jáchal de Angacao inaugurada hace 405 años. Hace 143 años adquirió el rango de Santuario y hace 43 años recibió la declaración de Monumento Histórico Nacional.

 FUNDACIÓN

Fue el Maestre de Campo don Juan de Echegaray quien al fundar la Villa de San José de Jáchal, el 25 de junio de 1751, asignó un solar frente a la plaza para el templo, que se habilitó en 1785. El edificio original fue construido a instancias del dominico salteño Fray Moisés Vicente Burela, reconocido por su aporte a la construcción de edificios eclesiásticos. Las obras se iniciaron en 1874, seguidamente se inauguró el 8 de septiembre de 1878. La fachada principal fue afectada por el terremoto de 1894, y su reconstrucción culminó en 1900. El sismo de 1944 ocasionó el derrumbe parcial de la nave central y otros daños, reparados en 1947.

IMÁGENES DEL TEMPLO

El templo no solo tiene un valor superior único en su estructura arquitectónica y material, sino, que contiene imágenes del culto católico de ilustre derivación trascendental ya que cuenta con la imagen de San José, que fue declarado patrono y protector de Jáchal, de cuño alto Peruano, y que fuera transportada hacia tierras de Jáchal, en el año 1690. Es depositaria a su vez la imagen de la Virgen de Cuyo, el Niño Jesús y el Cristo Negro, que arribo en el siglo XVIII desde Perú a engalanar la galería del patrimonio de imágenes de culto. Cuando se cerró el Templo hace 13 años esas imágenes se instalaron en el Salón contiguo denominado Salón Cultural Dalmira Rivas de Suizer. Hoy todo ese bagaje de obras de arte históricas van a volver su sitial de honor en el Templo de la Reconstrucción, para ser contempladas por el pueblo y el turismo.

RESTAURACIÓN

Tratándose de un edificio público se buscó fidelidad al diseño y material original de modo que quede resguardado el espíritu Jachallero. En ese sentido se resguardan las características y el diseño propios del edificio; Se remarca desde la Secretaría de Cultura que no había antecedentes de un proyecto de esta magnitud. Se realizaron apropiados estudios de suelo, prospecciones, relevamientos y cateos en todas las partes constructivas y estructurales del Templo. Todo ello conllevó la realización en todo momento consultas interdisciplinarias con distintos especialistas, tanto dentro como fuera de la provincia. Se realizó un registro audiovisual de la obra y de los hallazgos.

El templo es propiedad del Arzobispado de San Juan de quien se recabo la homologación pertinente para hacer la obra. Las obras las financió el Gobierno de San Juan. Intervino la Comisión Nacional de Monumentos que destacó a la obra como un reflejo de las raíces de un pueblo que ha esperado durante mucho tiempo esta reconstrucción. El Ministerio de Turismo y Cultura de San Juan realizó los estudios previos y el proyecto ejecutivo, y contó con el concurso de la Secretaría de Cultura como Autoridad de Aplicación de la Ley de Protección del Patrimonio Cultural y Natural de todo el territorio de la provincia de San Juan. Todo ello con el apoyo y colaboración oportuna de las autoridades locales.

Como lo destacan los múltiples organismos intervinientes la base motivacional de llevar a cabo las obras de reconstrucción con el máximo respeto a la fidelidad del diseño histórico está dado por el involucramiento emocional que el pueblo de Jáchal brindó a esta formidable tarea en todo momento.

IDENTIDAD CULTURAL

El templo es la vida de la comunidad que pone sus creencias religiosas como un testimonio eterno, de un acervo cultural de identidad inconfundible. Por ello se transitó un camino de gestión comunitaria para recabar el consenso social. Como manifestó la Dirección de Patrimonio Cultural "la materialidad se vio superada por el valor inmaterial de la historia. Lo que el Templo significa para la comunidad pasa absolutamente por los sentimientos, los recuerdos y los sueños de generaciones completas".

La obra representa un valor agregado al turismo religioso y cultural de todo San Juan, en tanto, la reconstrucción significa consolidar un atractivo para el turismo de divisas que se siente atraído por lo diferente y trascendente. Es el turismo religioso y cultural que se pone en valor con esta obra de gran factura representando una alternativa válida ante la monotonía de la arquitectura moderna tan aferrada, la más de las veces, a las uniformes líneas frías de diseño inscriptas en las moles imponentes de cemento y de hierro que caracterizan a las ciudades modernas y posmodernas de la era industrial. El pueblo de Jáchal con alegría ha vuelto a habitar su casa espiritual.

 

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Núñez
Jáchal