Antonio Irineo Guzmán tiene 84 años y en su vida atravesó diferentes situaciones que lo marcaron. Pero la fecha que no ha podido sacar de su memoria y corazón es el 15 de enero de 1944: día del terremoto.

El sanjuanino, que hoy recuerda como si hubiese ocurrido anoche el desastre, cuenta con detalles todo lo que tuvo que ver a los 8 años. “Hasta ahora tengo pesadillas”, expresó con insistencia.

Antonio no puede borrar de su mente el caos en el que se había convertido San Juan tras el terremoto. “Por la tierra de los edificios y las casas caídas se hizo de noche en cuestión de segundos. Todo eso me dio mucho miedo”, destacó.

Era el más pequeño de 8 hermanos y sostuvo que desde el movimiento telúrico que acabó con gran parte de la provincia, nunca más supo de su papá. Claramente emocionado, relató que lo buscaban en los listados de los hospitales, funerarias y fosas comunes donde los cuerpos eran quemados.

“No lo encontramos y nos tuvimos que ir a Mendoza”, amplió. En ese momento, sintió que su "alma había quedado bajo los escombros".

Sosteniendo su pañuelo y frotándolo en sus ojos con asiduidad para apartar las lágrimas, dijo que cuando se marcharon a la vecina provincia, en la estación Belgrano “había muchas personas desesperadas buscando a sus familiares”. “Había hasta niños huérfanos que gritaban y lloraban. Yo me agarraba fuerte a la mano de mi mamá”, indicó con la voz quebrada.

Era muy pequeño y leía todos los días el diario para saber si salía algo de mi papá o para conocer cómo estaba San Juan. Se me hizo una costumbre”, explicó Antonio, fundamentando por qué es un fiel lector de DIARIO DE CUYO en la actualidad

Finalmente, reveló que luego de muchos años regresó a San Juan: “Me costó volver”.

 

Video/ edición: Marcos Carrizo