El triunfo de la dupla sanjuanina, compuesta por Rubén Ramos y Rodrigo Daniel Díaz en la madison para categoría elite, y el triunfo de Daniel Juárez en la Eliminación, cerraron una extraordinaria actuación de la selección sanjuanina, en otro torneo Argentino de Pista. Dicha tarea le permitió adjudicarse otro medallero y mirar el futuro cercano con ojos esperanzados en que si se aprovecha la fantástica infraestructura del nuevo ‘Vicente Chancay’, el nuevo templo del deporte sanjuanino puede convertirse en una factoría que produzca ciclistas de calidad.

Bastaba, solamente, con agudizar el odio para escuchar los elogiosos comentarios, surgidos de voces con distintas tonadas. Personalidades del ciclismo de otras provincias, como Ángel ‘Bachi’ Serrano, ex ciclista y padre de ese portento de virtudes como velocista, que es su hijo Iñaki, de 16 años; quien se acercó a las cabinas de transmisión solicitando le permitan ‘felicitar a los sanjuaninos’ por el velódromo. O, enterarse, que el padre de Lucas Vilar, el rey de la velocidad elite, estuvo averiguando precios de terrenos cerca del velódromo para construir un lugar para alojarse y entrenar a su hijo, con la idea de potenciar sus chances competir en las series de copa del mundo, y otros torneos internacionales.

Aunque desgastante por lo largo que se tornó el certamen en el que compitieron pedalistas de todas las categorías, en todas las especialidades se vieron actuaciones destacadas, y figuras en ascenso, que serán quienes tomen la posta de las actuales figuras, varias con muchos años de vigencia.

San Juan 2023 sirvió para ratificar las condiciones de nuestros pedalistas en las carreras de fondo, solamente el puntano Tomas Moyano, pudo ‘punguearles’ un par de medallas doradas y les discutió las otras. Un escalón más abajo pero con similares expectativas de victoria, se encontraban los bonaerenses Hugo Velázquez, Franco Buchanan y el experimentado cordobés, que corre para juninense, Diego Valenzuela.

 José Carlos Rufino (padre) visitó el velódromo y recibió el cariño de todos los asistentes al espectáculo. 

En el primero, de muchos nacionales que se llevarán a cabo bajo su techo, se asistió a espectaculares demostraciones de los pocos, porque sobran los dedos una mano para citarlos de los mejores velocistas del país. Entre los varones, el marplatense Lucas Vilar, el santafecino Alejo Betique, y el ya citado Serrano Esper. Y entre las damas, la santiagueña Natalia Vera y la bonaerense Valentina Luna.

Fueron cinco largos días, en los que se alternaron más aciertos que errores. Cinco días que culminaron -como dicen los ciclistas- ‘con buenas sensaciones’. De esas que permiten soñar con un futuro promisorio para el ciclismo sanjuanino, y nacional.

 

Hubo acción para todos los gustos

Ganar el medallero de un torneo nacional es una sana costumbre, que San Juan empezó a saborear en la gestión de Juan José Chica, como presidente de la Federación. Ayer ‘sus chicos’ le dedicaron el triunfo.

Ayer se disputaron varias finales. En las pruebas del área de fondo, San Juan extendió su dominio con una medalla dorada lograda por la dupla de Rubén Ramos y Rodrigo Díaz, que sumaron 62 puntos, 13 más que la dupla de San Luis, compuesta por Tomás Moyano y Agustín Ferrari. Ramos, el sanjuanino con más medallas de oro ganadas en nacionales de pista (15 en total) ganó, también, antenoche, el omnium, competencia donde el podio se vistió totalmente de azul, porque Kevin Castro, ganó la plata y el chaqueño Daniel Juárez, consiguió el bronce. Justamente, Juárez, que este año aceptó la invitación de correr para San Juan, donde está radicado hace varios años, se quedó ayer con la medalla dorada en la prueba de Eliminación. Superó en el último embalaje a Hugo Velázquez (ACINOBA). Tercero culminó otro sanjuanino, Cristian Romero.

Dos oros, Eliminación y persecución por equipos, y un bronce en el omnium fueron los logros, que tuvo Daniel Juarez, en su debut con ‘la sanjuanina’.

En las pruebas de kilómetro, Alejo Betique y Lucas Vilar, en juniors y elite, respectivamente dieron muestras de su poderío, y el ‘súper pibe’ coreobés, de San Francisco, Iñaki Serrano bajó dos veces su récord de los 500 metros.