“Nombres y personalidades con mérito suficiente hay a montones, para que se siga llamando a este magno escenario: CCK…”.

 

Uno de los más importantes escenarios culturales del país exhibe hoy ante la gente una lamentable confusión en cuanto a su nombre. El Centro Cultural Kirchner hoy es denominado por la mayoría de los medios y el mismo gobierno: CCK y muy pocos por su nombre. 

Esto ocurre porque, por las razones que sea, que generalmente pueden compartirse, no se desea aceptar su nombre, como realmente corresponde, lo que es manifiestamente incorrecto porque se trata de un complejo cultural-artístico de gran prestigio y permanente uso para espectáculos nacionales e internacionales, por lo cual no cabe esta flaqueza. 

Si el nombre Kirchner se considera no es el apropiado, el oportuno ni el pertinente, como también lo creo, lo que corresponde es cambiarlo, no andar con eufemismos. Se cambia el nombre de calles y hasta de pueblos, a veces con apresuramiento o liviandad; ¿por qué no hacer de una vez por todas lo mismo con este escenario? Digo esto, porque en las redes sociales es un clamor popular esta necesidad y son numerosas las propuestas de la gente sobre el particular. La mayoría pide que se lo denomine René Favaloro. Más allá del extraordinario prestigio de este verdadero prohombre contemporáneo, creo que no es el nombre apropiado para el centro. La naturaleza y cometido del lugar entiendo que amerita apuntar a personas de la cultura o el arte en sus diversas manifestaciones. Nombres con derecho hay muchos. Me permito sugerir varios. No expongo las razones porque son prácticamente explícitas y no cabrían en esta nota, y desde ya destaco que pueden ser varios más. 

Si atendemos a la cultura general y las letras, surgen los nombres de: Jorge Luís Borges, Domingo Faustino Sarmiento, Ernesto Sábato o Julio Cortazar. Si consideramos el arte cinematográfico y televisivo: Tato Bores o Leonardo Favio (dos de mis favoritos), Alfredo Alcón, Alberto Olmedo, Luís Sandrini, Tita Merello o Niní Marshall. En el campo de la música: Carlos Gardel, Astor Piazzolla, Sandro, Luís Alberto Espineta, Aníbal Troilo, Gustavo Cerati, Ariel Ramírez o Roberto Goyeneche.

Quiero decir que nombres y personalidades con mérito suficiente hay a montones, para que se siga llamando al magno escenario: CCK, tergiversación o velo verdaderamente inaceptable para no nombrarlo como se llama, lo que resulta injustificable, aunque en los hechos se aluda a su nombre mediante esta ambigüedad.

Digo que es impropio de autoridades gubernamentales competentes no asumir esta encrucijada tomando el toro por las astas. Utilizar una denominación esquiva para indicar el verdadero nombre de un centro cultural de tanta magnitud, es, al menos, un acto incorrecto. O se lo llama, sin vueltas, por su nombre o se cambia este por otro, asumiendo la responsabilidad por la decisión. No otra cosa corresponde.