El conmovedor e impactante espectáculo que organizaron los Ciudadanos cargó de expectativa al duelo que disputaron en el Etihad Stadium Manchester City y Tottenham, en el partido correspondiente a la revancha de los cuartos de final de la Champions League.
La ventaja por la mínima diferencia que consiguió el equipo de Mauricio Pochettino no representaba ninguna garantía en lo relacionado a la clasificación. El nivel y la jerarquía de los intérpretes que había en la cancha era una clara muestra de paridad.
En menos de 11 minutos la red se infló en 4 ocasiones. A los 5 el británico Sterling recibió de Kevin De Bruyne y buscó el palo más lejano de Lloris para festejar el prematuro 1 a 0, pero un grosero error de Laporte le permitió a Son Heung-Min igualar el pleito 90 segundos más tarde.
No conforme con lo sucedido, el central francés volvió a fallar ante la presión del coreano. El delantero con pasado en el fútbol alemán no dudó y se escapó hacia el arco defendido por Ederson Moraes, quien quedó fuera de foco luego de un desvío en un compañero: 2 a 1.
Como si se tratara de un show de definiciones, Bernardo Silva volvió a emparejar el cotejo después de una distracción defensiva y a los 21 una nueva sociedad conformada por el virtuoso volante belga y Sterling volvió a poner al Manchester City en ventaja. De todos modos, el 3 a 2 no era suficiente, dado que los goles de visitante favorecían al Tottenham.
En el complemento el choque siguió con la misma verticalidad. Un remate de Sterling desactivado por Lloris llenó de suspenso el ambiente, dado que el rebote del arquero le dejó servido el tanto al delantero británico, pero la notable reacción de Rose evitó la conquista. El encuentro seguía abierto y su final era imprevisible.
Un disparo de media distancia de Kevin De Bruyne que hizo lucir al arquero y un cabezazo de Llorente que exigió a Ederson Moraes fueron otras muestras de la versatilidad que tenía el espectáculo.
A los 15 del segundo tiempo el Kun Agüero hizo delirar a los hinchas. El ex Independiente combinó su velocidad con la figura de la jornada para que De Bruyne lo abastezca antes de improvisar una definición magnífica. Con el 4 a 2 la tranquilidad reinó en el entrenador catalán, aunque la diferencia no daba lugar a ningún tipo de relajación.
Cuando parecía que la clasificación se iba a quedar en casa, una pelota parada cambió el destino. Un centro de Trippier encontró la integridad de Fernando Llorente para que el reemplazante de Sissoko haga historia en territorio ajeno. La revisión del VAR por una presunta mano del español confirmó el grito del goleador de Pamplona. Con el 4 a 3 el boleto a la siguiente fase llevaba el sello de los Spurs.
Si algo le faltaba a la noche europea era un final para el infarto. El gol de Sterling en el minuto 94 generó una euforia generalizada para celebrar la hazaña. La corrida desesperada de Guardiola, el delirio de los hinchas y los abrazos de los jugadores se derrumbaron de inmediato cuando la tecnología intercedió para anular la maniobra. Las caras de desolación de los hombres del Tottenham mutaron hacia la felicidad plena que tenían sus rivales. En un desenlace no apto para cardíacos, el combinado de Pochettino fue el que rió último. Su próximo destino será el Ajax, un adversario que se cargó a la Juventus y al Real Madrid. Los Spurs siguen con su camino hacia el Wanda Metropolitano con mucho sacrificio (y sufrimiento).