Eran primos, tenían la misma edad y haber nacido en el mismo lugar, la zona rural de Punta del Médano, a 10 km de Media Agua, Sarmiento, los había hecho prácticamente hermanos. A Ramón González le decían “Makanaki”; “Javito” a su primo Javier Guevara. Tenían 23 años y una vida común: ambos cursaron algunos años de la primaria y, como la mayoría de sus familiares, hicieron del trabajo en la tierra su modo de subsistir y las salidas al campo, a caballo, uno de sus gustos preferidos. Hasta que la muerte los encontró, también juntos. Fue cerca de las 21 del miércoles, cuando los primos se montaron en la moto de Ramón, una Motomel 200 cc tipo enduro, como parte de un viaje a Media Agua para acompañar a Alejandro, uno de los siete hermanos de Javier, que los seguía detrás, en otra moto, contaron sus familiares. Los tres habían estado trabajando en la cosecha de uvas y, al terminar, armaron viaje al centro de Sarmiento. Enfilaron por la calle conocida como Mendoza Vieja, en la zona de Colonia Fiscal, pero “Makanaki” y “Javito” nunca pudieron empalmar con la Ruta 40. Cuando pretendían tomar esa vía rumbo al Sur, una camioneta Chevrolet S10 no pudo esquivarlos y decretó el trágico fin de los primos. Tan violento resultó el impacto, que la moto quedó totalmente destrozada y partida en dos. Y los cuerpos de González y Guevara, esparcidos en el piso sin ninguna chance. La camioneta era guiada por Ceferino Illanes, un pocitano de 40 años que volvía de Mendoza acompañado por un amigo. En la Policía suponen que González no calculó bien, pero de todos modos esperan contar con el resultado de las pericias.
El trágico fin de dos primos que eran muy unidos
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