El tránsito automotor, que en todo el mundo sigue creciendo constantemente, es uno de los problemas de nuestra época que merece los mayores esfuerzos para intentar buscar soluciones que eviten los molestos congestionamientos o bloqueos de calles y, lo que es más grave aún, los accidentes viales que en numerosas ocasiones provocan pérdidas de vidas humanas. Como en tantas otras cosas que a diario señalamos, la provincia de San Juan no es la excepción a la regla y en estos últimos años se observa un notable aumento del parque automotor que hace que haya muchos vehículos transitando por las calles del Gran San Juan y rutas aledañas, que sirven de acceso a los centros urbanos más poblados.

En horarios pico de circulación, tanto en la mañana como por la tarde, los mayores inconvenientes que se presentan son los congestionamientos viales en zonas carentes de semáforos. Si bien la mayoría de los municipios, incluyendo al de la ciudad Capital de San Juan, han hecho, en esta última etapa, esfuerzos por colocar semáforos en las esquinas consideradas más peligrosas, las campañas de semaforización no han alcanzado a cubrir todas las necesidades, por lo que es común que se puedan ver varios cruces viales como el de la Calle Sargento Cabral y Paula Albarracín de Sarmiento, en el límite de Capital con Rivadavia; o el de la calle José Dolores y General Acha, entre Capital y Rawson, desprovistos de estos aparatos, vitales para el ordenamiento del tránsito. Las consecuencias son un tránsito caótico, de mucha tensión para los que conducen, y el máximo cuidado ante la posibilidad de colisionar, lo que sucede muy a menudo.

Otro de los problemas que se observan en esta época del año es el del congestionamiento de vehículos en las inmediaciones de las escuelas. Se trata de un viejo problema al que todavía no se le da una solución concreta y que no deja de ser peligroso cuando hay chicos que salen esquivando autos y combis, porque hay conductores que buscan parar lo más cerca del establecimiento educativo, sin tener en cuenta el riesgo que eso representa.

Un tránsito caótico, con pocos controles no solo provoca problemas de congestión y tensiones, sino también es causal de demoras, pérdidas de tiempo y problemas ambientales producto de la polución que generan los vehículos en las largas colas que se forman. Ante este panorama la policía de tránsito se muestra ausente o con muy pocos efectivos, y sin presencia en lugares claves, a pesar de que de un tiempo a esta parte se ha asignado personal policial para que ayuden a ordenar el tránsito en los puentes de la Avenida de Circunvalación en los cruces con las avenidas principales, otros sectores muy complicados.

El gran número de accidentes de tránsito registrados en lo que va del año también merece una mayor acción de la policía de tránsito con controles más exhaustivos de niveles de alcoholemia, el consumo de narcóticos y aptitudes para la conducción de vehículos, en distintos ámbitos de la provincia, fechas y horarios en los que se producen el mayor número de hechos.