Miles de personas comenzaron a desfilar ayer por el estadio del club Santos, pasadas las 10, en el velatorio público a cajón abierto y por 24 horas que se realiza en el campo de juego para despedir los restos del astro del fútbol Edson Arantes do Nascimento, Pelé, fallecido el jueves pasado a los 82 años, víctima de cáncer de colon.
En una silenciosa fila, miles de personas que esperaron por cuatro horas para la apertura de los portones, ingresaron para darle el último adiós a "O Rei", entre ellos el presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, y el titular de Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez.
Precisamente Infantino pedirá a todos los países con representación en la entidad que tengan al menos un estadio en su territorio con el nombre "Pelé", en homenaje a la leyenda brasileña.
El máximo dirigente del fútbol hizo esa propuesta en un breve contacto con los medios apostados en el estadio del club Santos.
"Vamos a pedir que todos los países del mundo tengan al menos un estadio con el nombre de Pelé para que los niños conozcan su importancia", adelantó Infantino en honor al tricampeón mundial con el seleccionado de Brasil (1958, 1962 y 1970).
Consultado por sus sensaciones al conocer la noticia de la muerte, el titular de la FIFA confesó "mucha emoción, tristeza, pero también sonrisas porque (Pelé) nos regaló muchas sonrisas. Pediremos que todo el mundo respete un minuto de silencio".
Para esta jornada se espera la presencia del flamante presidente Brasil, Lula, en los momentos previos a culminar el velatorio y ya terminar los actos con el correspondiente entierro.