El oficial de la Policía Bonaerense Luis Chocobar fue procesado y embargado por el juez de Menores porteño Enrique Velazquez, por haberle disparado a un ladrón que acababa de cometer un robo. El delincuente, Pablo Kukoc, de 18 años, murió después de permanecer internado varios días. El magistrado consideró que el policía actuó “alejado de una actitud profesional”; el oficial dijo que se defendió de un supuesto ataque, la madre de Kukoc lo trató de asesino. Las autoridades nacionales y provinciales respaldaron a Chocobar y ayer, el presidente Mauricio Macri lo recibió en Casa Rosada.

 

Velázquez dio por acreditado que el 8 de diciembre, un adolescente de 17 años y Kukoc le robaron una cámara de fotos al turista estadounidense Joseph Wolek y como se resistió, le aplicaron varios cuchillazos en el corazón que lo dejaron malherido.

 

En base a lo que dijo en su propia declaración, Chocobar vio a los jóvenes forcejear con el turista, persiguió a Kukok, le dio la voz de alto y como éste no la acató, primero le efectuó un balazo en una pierna y luego en la espalda, cuando el joven estaba parado y giró sólo el tronco.

 

Sin embargo, de las imágenes captadas por el domo de Irala y Suárez se observa que, al ser baleado, Kukoc corría por Suárez, sin darse vuelta en ningún momento, y estaba a varios metros de distancia del policía. En ese sentido, el juez dijo que desconoce “de qué tipo de agresión pretendía éste cubrirse colocando una de sus mano delante de su rostro.

 

 

“En punto a la falta de recaudos al momento de efectuar los disparos, cabe destacar que el propio Chocobar expuso que al disparar lo hizo blandiendo su pistola con una sola mano, ya que con la otra se cubría el rostro para defenderse ante una posible agresión de Kukoc, situación que lo coloca en un obrar, cuanto menos, alejado de una actitud profesional exigible a cualquier personal policial”, remarcó el magistrado.

 

Velázquez señaló además que “el argumento de Chocobar de querer proteger su integridad física utilizando una de sus manos, luce cuanto menos poco creíble, ya que la agresión a la que era pasible no era inminente”.