El ultraderechista Jair Bolsonaro votó en medio de fuertes medidas de seguridad en Río de Janeiro en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El principal favorito a ser elegido jefe de Estado se retiró escoltado por una caravana de policías y evitó brindar declaraciones a la prensa.

 

Bolsonaro, de 63 años, acudió a su centro de votación en la Villa Militar en la zona oeste de Río, aproximadamente una hora y media después de la apertura de las urnas.

 

El líder ultraderechista portaba un chaleco antibalas, según medios brasileños, y estaba protegido por un fuerte operativo militar. Bolsonaro fue puñalado a comienzos de septiembre en un atentado durante un acto proselitista y estuvo hospitalizado hasta finales de septiembre por la herida que sufrió en el abdomen.

 

Más de 147 millones de brasileños están llamados a elegir hoy a su presidente para el periodo 2019-2022 entre Bolsonaro y el izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, en los comicios más grandes de América Latina.

 

Las elecciones son consideradas las más inciertas en la primera economía regional desde el final de la dictadura en 1985, debido al auge del populismo de ultraderecha.

 

Bolsonaro es favorito para ganar la votación. Los últimos sondeos le dan entre el 55 y el 54 de los votos válidos. El ex militar es visto por muchos como un peligro para la joven democracia brasileña por su defensa de la tortura y de la dictadura (1964-1985), así como por sus insultos a mujeres, negros y homosexuales.

 

El ascenso del populismo de ultraderecha se apoya en el hartazgo y la rabia de millones de brasileños por los escándalos de corrupción de los últimos años, así como por los efectos de una crisis económica y una ola de criminalidad y violencia en todo el país.