La crisis hídrica más grave desde que los sanjuaninos podemos medir el derrame del Río San Juan nos plantea innumerables desafíos. Recibiremos el próximo ciclo vegetativo entre 400 a 500 hectómetros cúbicos. La tercera parte de lo que demandamos como seres humanos para el consumo urbano, agroindustrial, turístico y minero.

¿Dónde debemos ajustar el consumo? Y ¿cómo gestionar los escasos recursos del territorio?, son algunas de las preguntas sustanciales y deberemos ser conscientes de una realidad común, equitativos, justos y responsables en el uso y consumo.

En los últimos 10 años según informe de la Universidad Nacional de San Juan, el 93% del agua fue consumida en nuestra provincia por el sector agroindustrial, el 3,5% por el sector minero, un 1,88% por la población y un 1,4% la industria y el porcentaje restante se distribuye entre el uso recreativo, medicinal y pecuario.

A las claras está entonces quiénes deberían recortar y gestionar mejor su consumo. Y en esto es importante hacer la salvedad. No son los parques y paseos, arbolado público y los espacios verdes los que deban sacrificarse. Habrá que pensar entre todos dónde hacer el ajuste hídrico.