El directorio de Electrometalúrgica Andina informó que ha cerrado un 2016 ‘difícil, después de un 2015 aún peor’ pero que comienza el 2017 esperanzada en la negociación puesta en marcha por el Gobierno y la propia firma para obtener medidas a nivel nacional que le brinden condiciones de competitividad para funcionar.
Afectada por el tarifazo eléctrico que la obligó a recortar al mínimo su producción de carburo y agravado por la falta de carbón de petróleo, insumo imprescindible, la firma recordó que pese a ello se puso un marcha un horno, y que además continuó con el pago mensual de $9 millones en salarios.
El directorio atribuyó las pérdidas que se vienen acumulando en los dos últimos años a variables externas que le son ajenas, por la imposibilidad de competir con empresas que tienen costos mejores.
Respecto al subsidio de $21 millones que le otorgó la Nación, agregó que resultó insuficiente y que se continúa trabajando a pérdida, lo que llevó a recortar una parte de la planta de personal. Aun así, recordó que sigue manteniendo a más de 200 trabajadores con aportes realizados por las accionistas, confiando en que el período de turbulencias será superado.