Con una izquierda en crisis y favorecido por el manejo político en temas clave, incluyendo la invasión de Rusia a Ucrania, el presidente de Francia, Emmanuel Macron es el favorito para lograr la reelección este domingo en la primera vuelta de los comicios para los 48.803.175 electores habilitados, quienes decidirán en definitiva el próximo 24 en una segunda vuelta si el ganador no alcanza mayoría absoluta.

Si bien los sondeos preliminares favorecen a Macron para seguir en el Elíseo con un segundo mandato de cinco que autoriza la Constitución francesa, las elecciones en el país galo son imprevisibles por la dinámica de una democracia activa con la representatividad de una ciudadanía por demás exigente con sus gobernantes y puede volcar su favoritismo a última hora.

Macron tiene la experiencia de crear su propio movimiento antes de las elecciones de 2017, dejando el Partido Socialista y calificándose de centrista y europeísta para captar votos independientes, una fórmula de golpe político que pueden repetir los doce candidatos, ocho hombres y cuatro mujeres, entre ellos Eric Zemmour, de la extrema derecha que amenaza con quitarle votos a la aguerrida Marine Le Pen, con buena llegada en las encuestas.

Los comicios presidenciales franceses siempre fueron atípicos y más ahora con campañas reflejadas en la pandemia, como desocupación, alto costo de vida, urgencias ambientales, la desbordante inmigración y la seguridad nacional tras el ataque ruso a Ucrania y el papel expectante de la OTAN, junto con las intervenciones directas de Macron en el conflicto armado.

El presidente aumentó su popularidad desde febrero por su papel de diálogo directo con Putin para mediar en la guerra, lo que le valió una suba de seis puntos en las encuestas llegando a un impensado 30% con respecto a los sondeos de antes de los ataques a Ucrania. Quedaron atrás las protestas callejeras de los activistas radicalizados, los "chalecos amarillos", que pusieron en jaque al mandatario.

Ante este panorama, la optimista Le Pen pretende ganar en la primera vuelta con un mensaje de la extrema derecha apostando a una dura política migratoria, erradicar el islamismo y reclamo de seguridad, con que ganó elecciones regionales, aunque en esta elección puede verse eclipsada por Eric Zemmour, un nuevo actor político de peso.

Las elecciones presidenciales francesas siempre presentan sorpresas por la diversidad de candidaturas del espectro social y político.