El franciscano Fray Mamerto Esquiú fue consagrado ayer beato en la explanada de la iglesia de Piedra Blanca (Catamarca), a pocos metros de la casa de adobe donde nació en 1826, en una ceremonia con estrictos protocolos que obligó a unos dos mil fieles a seguir la transmisión a través de pantallas en un predio cercano.
La pandemia de coronavirus postergó la beatificación, que finalmente tuvo lugar ayer, luego de que la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano dio por aprobado el milagro atribuido a Mamerto Esquiú, que fue la inexplicable cura de Ema, una niña recién nacida con osteomilietis femoral grave en Tucumán en 2017.
Al comenzar la misa el obispo de Catamarca, Monseñor Luis Urbanc, se dirigió al legado papal, cardenal Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, para solicitar a Francisco que inscriba en el número de los beatos al Venerable Siervo de Dios Mamerto de la Ascensión Esquiú y Medina, quien nació el 11 de mayo de 1826 y falleció el 10 de enero de 1883 en La Posta de El Suncho.
Posteriormente, el vicepostulador de la causa, Fray Marcelo Méndez, hizo un repaso por la vida y obra de Fray Mamerto Esquiú y Medina, quien fue fraile, sacerdote, obispo, docente, periodista y reconocido legislador, destacado por su encendida defensa de la Constitución Argentina de 1853.
Uno de los momentos culmines de la misa se vivió minutos después de las 10.30, cuando Villalba leyó la carta apostólica en la que el Papa inscribe en el libro de los beatos al sacerdote franciscano.
Minutos antes de concluir la misa, Urbanc le entregó un rosario bendecido y enviado especialmente por el Pontífice a Ema, la niña que recibió el milagro, cuya familia retribuyó el gesto otorgando reliquias del flamante beato al representante papal.
Después, autoridades eclesiásticas develaron la imagen oficial del nuevo beato que a partir de ahora podrá ser venerada, y el rito concluyó cuando los mas de 1.200 presentes en la explanada del templo comulgaron recibiendo la eucaristía.
Mientras tanto, a dos kilómetros de allí, cientos de vecinos del departamento Fray Mamerto Esquiú siguieron la ceremonia a través de pantallas gigantes que instaló la municipalidad junto a sillas y baños, en el kartódromo de Payahuiaco.
"Es una emoción gigante. Es una fiesta de las que todos los catamarqueños somos parte", dijo Luciano Ariza, un vecino. Finalmente los devotos congregados allí pudieron ver la imagen que fue colocada en una urna de vidrio y trasladada en la caja de una camioneta desde la Iglesia hasta el kartódromo junto a una nutrida caravana de automóviles. Durante su paso por Piedra Blanca, cientos de vecinos también saludaron al nuevo beato con pañuelos blancos.
El camino para la beatificación tuvo un paso importante el 24 de abril de 2019 cuando la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano dio por aprobado el milagro y el 21 de noviembre de ese año en Roma la Consultación de los Médicos convocada por la Santa Sede declaró su inexplicalidad, y fue atribuido a la intercesión del fraile franciscano.
Finalmente, fue decretado beato por el papa Francisco el 19 de junio de 2020. La ceremonia iba a realizarse el pasado 13 de marzo pero fue postergada hasta ayer por el coronavirus. Por la covid-19, los invitados a la ceremonia de ayer debieron presentar test antígeno o PCR.
La misa tuvo lugar a escasos metros de la vivienda de adobe donde nació el fraile.
Télam
Con la imagen de la Virgen del Valle
La santa misa estuvo encabezada por la imagen de la Virgen del Valle que lució un manto especialmente bordado por devotos de la Virgen y de Fray Mamerto Esquiú en el que estaba estampado un mapa de Argentina donde sobresalían las provincias de Catamarca, donde nació Esquiú; Córdoba, donde fue Obispo Diocesano; el rostro del beato y tres flores como estrellas, que representan los votos que hizo como franciscano, que fueron pobreza, obediencia y castidad.
Frente a la iglesia, en la plaza principal de Piedra Blanca (Catamarca), se ubicaron en sillas los 1.200 invitados a la ceremonia, entre ellos el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Olivieri; el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil; autoridades de distintas provincias y representantes eclesiásticos. Todos presentaron un test antígeno o PCR realizado 24 horas antes de su ingreso a la provincia por pedido del Comité Operativo de Emergencia local.
El legado papal y arzobispo emérito de Tucumán recibió una réplica en plata del corazón de Esquiú cincelada por el platero Juan Carlos Pallarols, quien estuvo en Catamarca participando de los actos.