Para encender el espíritu festivo en los sanjuaninos, quién mejor que Oscar Esperanza Palavecino como la figura indicada en hacerlo y nada menos que en la primera noche de la Fiesta Nacional del Sol. Para aquellos verdaderos admiradores de su carrera y de toda cuestión ligada a la tradición y música folclórica, el Chaqueño no defraudó. Fiel a su estilo, el cantor agitó a varias generaciones, tanto jóvenes como adultos, brindando un show colorido, dándole participación al público y con un toque de sabor bien cuyano en su actuación.
Si bien el artista salteño jugó de visitante, con el correr de los años y de tantas giras hechas por la provincia, se sintió como si estuviera en casa. Además de dar su habitual repertorio de grandes éxitos, cantó con niños, hizo subir espectadores al escenario para bailar zambas, gatos y chacareras; y, por si fuera poco, cantó tonadas y cuecas junto a los miembros de Inti Huama.
‘¡Bienvenido Chaqueño Palavecino!’, gritó fuerte Pascual Recabarren, quien ofició los honores para recibir al cantor del Norte al escenario, vestido con sus típicas pilchas gauchas (sombrero, traje oscuro y poncho salteño en el hombro) y su inseparable guitarra en la mano.
De entrada, metió todo a la parrilla con clásicos temas tales como ‘De pura cepa’, ‘Se viene la fiesta’ y ‘La Taleñita’. Como todo ciclo natural, el paso del tiempo y las noches pueden pasar factura, pero el Chaqueño todavía no pierde las mañas. Al principio, se notaba que el calor lo agobiaba un poco físicamente, sin embargo, el porte y la presencia lo mantuvo intacto.
Y como es su costumbre en cada show, rompió los protocolos de seguridad para invitar a los espectadores a subirse a bailar. Una ronda de pañuelos fue circulando en cada canción y de a poco, las parejas tomaron protagonismo durante la mitad de la velada. Al ritmo de la zamba ‘Cuando llora mi guitarra’ y de la infaltable chacarera ‘Don Amancio’, ya el clima festivalero en el predio estaba desatado.
Pero el plato fuerte vino cuando el Chaqueño sumó a Pancho Godoy y Los del Tulum a cantar juntos. A partir de ese momento, las escenas de mayor impacto emocional fueron sentidas por la platea, primero cuando se le regaló la zamba dedicada a la estrella salteña en su nombre. Luego, cuando interpretaron la conocida cueca de Félix Dardo Palorma en homenaje a la vendimia, llamada ‘Póngale por las hileras’.
Pero el clímax llegó cuando se coló Mario Zaguirre, secundado por Pascual Recabarren, y todos reunidos ejecutaron la emblemática canción "Vallecito de Huaco". Un recitado improvisado por el locutor, la oda a la memoria de Buenaventura Luna y la multitud de pie los ovacionó. El coro de voces anónimas del público se unió al canto de los artistas constituyendo así una de las postales más memorables de la noche.
En la despedida, el Chaqueño juntó más fuerzas todavía para regalarles dos clásicos más: ‘Amor salvaje’ y ‘La ley y la trampa’. Con el cariño de los sanjuaninos guardado en su bolsillo, el cantante fue saludando a las personas que se habían arrimado al vallado de seguridad para estrecharle la mano y sacarse selfies. El cierre definitivo lo dio con dos bises: ‘Tenés razón’ y ‘El dedo en la llaga’.
En el balance, el espectáculo del ídolo folclórico dejó a las familias de la cuyanía felices, como era de esperar, y con el apego al canto tradicional a flor de piel.
El Rey de la Chaya, de homenaje
Sergio Galleguillo, quien actuó sobre el final de la primera noche, acompañado por Facundo Toro, desató la chaya riojana después de las 3 de la madrugada de ayer. Firme sosteniendo los sonidos autóctonos de sus pagos, dedicó buena parte de su recital a grandes baluartes de la música popular argentina, rindiendo tributo a Los Cantores del Alba, Los Tucu Tucu y Los Chalchaleros.