El papa Francisco aprobó ayer el primer paso para la beatificación del empresario argentino Enrique Ernesto Shaw, laico y padre de familia, al reconocer sus "virtudes heroicas", informó el Vaticano.
Shaw, nacido el 26 de febrero de 1921 en París y muerto en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962, fue un empresario que promovió e impulsó el crecimiento humano de sus trabajadores y, bajo el impulso del episcopado argentino, organizó, junto con otros empresarios, la ayuda a Europa en la posguerra.
En 1952, fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y promovió el Movimiento Empresarial Mundial Cristiano, además de participar en el primer Consejo de Administración de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
A pesar de ser diagnosticado con un tumor maligno en 1957, cuatro años después fue nombrado presidente de los Hombres de Acción Católica. Murió el 27 de agosto de 1962 en Buenos Aires, a la edad de 41 años.
Francisco autorizó ayer la promulgación del decreto de la Congregación para las Causas de los Santos, que reconoce las virtudes heroicas de Shaw y lo convierte en "venerable".
El delegado para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Argentina, Santiago Olivera, celebró el reconocimiento al empresario, en sus orígenes de profesión militar.
Olivera afirmó que a partir de ahora se estudiará en Roma un presunto milagro atribuido a la intercesión de Shaw. Shaw contrajo matrimonio con Cecilia Bunge, con quien tuvo nueve hijos. Trabajó para conformar la Acción Católica Argentina (ACA) y el Movimiento Familiar Cristiano y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares. Por su vida ejemplar, la Iglesia aceptó que se inicie su proceso de canonización. Desde 2019, un tribunal examina el milagro atribuido a Enrique Shaw por el que podría ser declarado beato: la sanación de un niño golpeado por un caballo al que habían diagnosticado pocos días de vida. Los padres del niño, empleados de Enrique, pidieron su intercesión por la salud del niño, tras lo cual quedó curado sin secuelas.