Cuando aún están al rojo vivo las quejas por el impuesto al vino, el gobierno nacional enfrenta un nuevo frente de rechazo del sector agroindustrial, esta vez por el aumento de energía que se avecina. Tomateros, viñateros y exportadores salieron ayer a advertir que no podrán resistir más incrementos en la tarifa eléctrica y reclaman un tratamiento diferencial como el que tuvieron las industrias electrointensivas, devolución de retenciones a la exportación o beneficios financieros como los que recibieron otras economías regionales. La suba de tarifas fue anticipada hace dos meses por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien puntualizó que el ajuste se aplicará entre noviembre y diciembre próximos.
Hace un par de semanas, el jefe de Gabinete Marcos Peña añadió que serán "porcentajes mucho más bajos de los que tocó el año pasado". En el sector del campo se habla de que rondarán el 50%, una cifra que ya anticipan que hará que producir en San Juan sea "inviable", por el impacto que tiene en esta provincia el costo de la luz en la extracción de agua por bombeo, el riego por goteo y el frío en bodegas y frigoríficos. Antonio Giménez, presidente de la Cámara de Comercio Exterior, dijo que están preparando una nota, similar a la que enviaron hace 5 meses, para ser girada a las nuevas autoridades de la Secretaría de Agricultura (tras el cambio del Ministro de Agroindustria), pidiendo para el sector de la uva de mesa, mosto, pasa y vino un tratamiento ""similar al que se ha hecho con la industria electrointensiva", que recibieron descuentos del 20% en la factura de luz desde el año pasado "porque también lo son". Agregó que puede ser una rebaja o bien levantando los reintegros a la exportación.
Además pelearán por conseguir líneas de capital de trabajo e inversiones en un programa similar al que se ha hecho con la manzana y los cítricos. El gobierno nacional concedió casi $900 millones al Alto Valle de Río Negro y parte de Mendoza por la manzana y otros $300 millones para los cítricos de Tucumán, mientras el sector vitivinícola quedó afuera. El impacto de la electricidad en el riego por goteo es muy alto y las facturas han aumentando 6 veces en dos años. Por ejemplo, un viñedo que en septiembre del 2015 recibió una factura por $6.237 pasó a pagar $37.403 en septiembre del 2017, siendo que es una época donde no hay uso pleno de las bombas y del riego. Otro ejemplo para 200 hectáreas es que pasó de $60.000 a $250.000 en el mismo lapso. Los viñateros esperan el mayor consumo de luz en diciembre y enero, cuando los cultivos tienen más demanda hídrica y si encima se aplica una suba del 50% analizan que la factura se irá al doble, por el impacto de los impuestos y tasas municipales que están atados al costo de la energía. ""Hay una gran preocupación porque la producción será inviable", dijo Juan José Ramos, desde la Asociación de Viñateros. También destacó que otras actividades han sido consideradas para la reducción del costo eléctrico y dijo que reclamarán el mismo trato a la Nación. ""Seguramente nos vamos a adherir todos, porque la problemática es similar aunque los cultivos son diferentes", dijo Rolando Pérez, presidente de la Cámara de Producción, Empaque y Comercio de Pocito (CPEC) que nuclea a los tomateros. Destacó que otro aumento afectaría "enormemente" a este sector hortícola que hoy cuenta con el 90% de cultivos con riego por goteo y extracción de agua de pozo. Pérez se quejó que de seguir el incremento de costos el sector del tomate dejará de ser competitivo.
Riego por goteo 27 por ciento de la superficie cultivada en San Juan cuenta con riego presurizado, según el Instituto de Investigaciones Hidráulica de la UNSJ.
Hacia fin de año
De acuerdo a lo que se anticipa, la Nación avanzará en un nuevo aumento del costo de la energía y del transporte eléctrico y aunque aún no trascendieron porcentajes oficiales, se habla de un 50%. En 2016 inició un tarifazo, con la quita de subsidios y aumentos de tarifas que incrementaron boletas en un 500%.