El acuerdo stand by que firmó la Argentina con el FMI es el número 27 en la historia de la relación con el organismo. En 2003, el entonces presidente Eduardo Duhalde firmó un stand by que continuó el rubricado por Fernando de La Rúa el 10 de marzo del 2000. Pero no sería el último. Todavía faltaba que Néstor Kirchner asumiera el poder el 25 de mayo de 2003.

 

La gran pelea de Kirchner con el FMI comenzó en marzo de 2004 con la primera revisión del acuerdo stand by firmado en septiembre del 2003, cuando la Argentina anunció el canje de deuda en Dubai que le otorgó al país unos USD 12.500 millones. "Ese acuerdo tuvo una particularidad respecto a los anteriores: la Argentina cumplía todos los objetivos que el FMI le solicitaba en cada revisión del mismo", comentó a Infobae el ex viceministro de Economía Guillermo Nielsen quien en esos años participaba con el entonces ministro de Economía Roberto Lavagna en todas la negociaciones. Nilsen explicó que "la Argentina necesitaba reestructurar su deuda en default y el FMI se quería transformar en un protagonista de ese proceso y siempre nos corría el arco".

 

En la carta de intención enviada al FMI el 10 de setiembre y aprobada por el directorio del organismo el 20 de octubre de ese año, el Gobierno solicitó un acuerdo stand by por 36 meses, entre 2004 y 2006. Se incluyó un Memorando de Políticas Económicas y Financieras donde se detalló el plan económico para lo que restaba del 2003 y para 2004-2006.

 

Fue uno de los acuerdos típicos que los países firmaban en esos tiempos. Consistió en un programa según el cual la Argentina solicitaba un préstamo a tasas mucho más bajas que las del mercado y obtenía fondos blandos para poder hacer frente a sus compromisos si cumplía con ciertas metas macroeconómicas a lo largo de las revisiones trimestrales del acuerdo que hacía las autoridades del organismo.

 

Las exigencias del FMI incluían, entre otras cosas, un fuerte ajuste de la economía, aumentar el superávit fiscal para mejorar la oferta del canje de la deuda pública que la Argentina había presentado en Dubai, una devaluación del peso frente al dolar, reformas estructurales y reconocer al Comité Global de Tenedores de Bonos Argentinos el GCAB como único interlocutor en la negociación. Antes, el FMI le había pedido a la Argentina, entre otras cosas, hasta la privatización del Banco Nación. Pero Kirchner no hizo caso a los condicionamientos.

 

 

Las metas concretas establecidas indicaban:

  • Crecimiento del 5,5% en 2003, para estabilizarse en tasas del 4% en el periodo 2004/2006.
  • Una inflación con bandas entre el 5 y 6% en 2003; del 7 al 11% en 2004; del 5 al 8% en 2005 y del 4 al 7% en 2006.
  • Se establecía un 3% de superávit primario para el 2004 y un saldo en cuenta corriente de USD 11.600 millones  en 2003; 8.800 millones en 2004; 7.500 millones en 2005 y 6.300 millones en 2006.
  • Aún en la disminución de valores, se proyecta un crecimiento importante de las exportaciones.
  • Las reservas internacionales se establecen en 14.000 millones de dólares para diciembre de 2003 y en 15.600 millones para fines de 2004.

 

Obstáculos

El primer gran obstáculo de ese acuerdo se produjo en julio de 2004 en la segunda revisión del acuerdo. Las presiones del FMI eran muy fuertes: el organismo le solicitó a la Argentina que mejore la oferta a los bonistas que proponía el canje de la deuda y que redujera la quita de casi el 70% que la Argentina había anunciado en Dubai. El FMI quería ser el arbitro de la negociación con los bonistas.

 

Lavagna había amenazado con renunciar si el Fondo continuaba con sus pedidos y recomendaciones de privatizar el Banco Nación

 

"El FMI redoblaba la presión sobre Kirchner porque la Argentina crecía ya a una tasa del 9% anual y las autoridades del organismo le pedían al Gobierno un mayor superávit fiscal para pagarle más a los acreedores" cuenta Nielsen a Infobae. La Argentina pasaba todavía por días difíciles en agosto de 2004, tras la crisis de fines de 2001 y principios de 2002, pero Kirchner no quería renovar el acuerdo con el FMI que tenía un año de duración y vencía en setiembre del 2004. Alfonso Prat Gay, entonces titular del BCRA, era partidario de renovar ese acuerdo con un nuevo stand by, o crédito contingente.

 

El FMI quería que el Gobierno que encarara un plan de ajuste de las finanzas públicas y saliera del estado del default en el que había entrado a fines del 2001, mientras que los acreedores del resto del mundo no aceptaban la quita de la deuda. Lavagna había amenazado con renunciar si el Fondo continuaba con sus pedidos y recomendaciones de privatizar el Banco Nación.

 

En enero del 2006 Kirchner pagó USD 9.810 millones, pagó la deuda con el organismo y congeló una relación de medio siglo

 

"La tercera revisión del acuerdo se tenía que hacer en junio de 2004, pero ellos con distintas excusas nos fueron corriendo el arco y se fueron convirtiendo en una especie de garante de los bancos y de los acreedores y nos obligaban a ajustar el gasto, para generar excedentes que permitieran mejorar la propuesta de quita de la deuda realizada en Dubai, en septiembre de 2003, y de ese modo contar con la aprobación de esa revisión y gatillar unos USD 1000 millones que había que pagar de inmediato", recuerda  Lavagna en el el libro "Los Buitres de la Deuda".

 

El 31 de agosto de 2004 el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, llegó a la Argentina para obligar al gobierno a firmar un nuevo acuerdo. La intención del directivo era prorrogar ese stand by que vencía en septiembre por otro año más, pero imponiendo condiciones más rígidas a la Argentina.

 

Finalmente, el 17 de septiembre de 2004, Kirchner y Lavagna deciden no firmar un nuevo acuerdo. A partir de ese momento, la Argentina suspendió su relación con el FMI. En enero del 2006 Kirchner pagó USD 9.810 millones, pagó la deuda con el organismo y congeló una relación de medio siglo.

 

El vínculo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzó en 1956, durante el régimen militar del general Pedro Aramburu, que un año antes había derrocado a Perón. El mandatario pidió al FMI un crédito de USD 1.000 millones, lo que constituyó la primera asistencia financiera que recibió el país del organismo financiero internacional.

 

Desde esa fecha, la Argentina firmó 26 acuerdos con el organismo de crédito y no cumplió con ninguno. A lo largo de 45 años, se suscribieron 18 acuerdos stand by, seis Convenios de Financiamiento Compensatorio, uno de Facilidades, Servicio Financiero de Petróleo y Préstamo de Facilidades Extendidas, de acuerdo con el relevamiento del Banco Central.

 

Fuente: Infobae