En Hollywood, la meca del cine, donde en 2017 se produjo la revolución del “Me too” que significó la puesta en primera plana de las denuncias de acoso sexual contra grandes productores, director y actores, los roles protagónicos para mujeres descendió 3 puntos en relación con el año anterior.
Un estudio del Centro para el Estudio de las Mujeres en Televisión y Cine asegura que el número de papeles protagonistas para actrices en Hollywood, pasó del 29 por ciento en 2016 al 24 por ciento en 2017 tras analizar las 100 principales películas de la taquilla.
La situación mejora ligeramente cuando se trata de personajes relevantes para la película, es decir, que figuren en más de una escena. En ese caso las mujeres representaron el 37 por ciento de esos personajes. Los otros dos tercios se lo llevaron los hombres.
La profesora Martha Lauzen de la Universidad Estatal de San Diego, autora del estudio, destaca que las tres cintas más taquilleras del año pasado estuvieron protagonizadas por mujeres.
Mujer Maravilla, dirigida por una mujer, Patty Jenkins, y protagonizada por la israelí Gal Gadot, tuvo ganancias por 412 millones de dólares en Estados Unidos y despejó dudas en torno al apetito del público femenino por esa clase de títulos.
En primer lugar se situó la octava entrega de la franquicia Star Wars, Los últimos Jedi, con la británica Daisy Ridley a la cabeza del reparto. Su cuenta final fue de 618 millones de dólares ingresados a nivel nacional y 711 millones más en el resto del mundo, seguida de La bella y la bestia, con la también británica Emma Watson como protagonista.
“Pese a la visibilidad de roles protagonistas de mujeres en las tres cintas más taquilleras de 2017, el porcentaje general de mujeres protagonistas descendió”, indicó Lauzen en un comunicado.
“Los números no reflejan todavía los clamores de un cambio masivo en la industria del cine”. Sí hubo más diversidad. Las mujeres negras con papeles de cierta relevancia pasaron del 14 al 16 por ciento en 2017, y las latinas aumentaron más del doble, del 3 al 7 por ciento.
Aún así, el 70 por ciento de los roles fueron a parar a actores o actrices blancas. La armonía absoluta de color aún queda lejos.