La producción mundial de vino este año ha disminuido 8,2%, hasta los 246,7 millones de hectolitros, el nivel más bajo en las últimas décadas como consecuencia de las adversas condiciones meteorológicas en Europa, y en particular en los tres grandes países, Italia, Francia y España. No obstante, Argentina (sexto productor mundial) y Brasil (14), registraron una subida de la producción de 25% y 169% respectivamente.
Estas son las principales estimaciones del estudio de coyuntura presentado ayer por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), que se quedan muy lejos de los picos de 297,7 millones de hectolitros en 2004 y de los 290,1 millones en 2013.
Por lo que respecta al consumo, y en espera de cifras definitivas, la OIV avanzó que en 2017 se situará entre los 240,5 y los 245,8 millones de hectolitros.
En el Viejo Continente, diversos fenómenos extremos, como heladas y sequías, han afectado a los tres grandes productores, y en primer lugar a Italia, que en 2017 ha visto reducidos sus volúmenes en el 23% respecto al ejercicio precedente de hasta 39,3 millones de hectolitros (en 2013 había llegado a 54 millones).
Francia mantiene su segunda posición mundial con 36,7 millones de hectolitros, pese a descender 19%, y España vuelve a repetir en la tercera también con un descalabro, en su caso del 15%, hasta 33,5 millones, bien por debajo de los 45,3 millones de 2013.
En América, Estados Unidos (cuarto productor mundial), pese a una caída del 1% se mantiene en un nivel elevado en términos comparativos, con 23,3 millones de hectolitros.
La OIV puntualizó que sobre estos datos hay “incertidumbre”, ya que las estimaciones del departamento de Agricultura de Estados Unidos son de agosto de 2017, es decir, antes de que se pudieran integrar las consecuencias de los incendios que han afectado a amplias zonas vinícolas de California este mismo mes.
En Sudamérica se destacó el incremento del 25% de Argentina, hasta 11,8 millones de hectolitros, que se explica en parte por las mala cosecha del año anterior (cuando no se llegó al umbral de los 10 millones de hectolitros), que contrastaba con los más de 15 millones logrados en 2013 o 2014.
También en el hemisferio Sur, en Australia el volumen subió 6%, hasta 13,9 millones de hectolitros (tercera progresión consecutiva) y en Sudáfrica 2%, hasta 10,8 millones, mientras en Nueva Zelanda se produjo una baja del 9%, hasta 2,9 millones, pero desde un nivel récord el año anterior.
Por lo que respecta al consumo, y en espera de cifras definitivas, la OIV avanzó que en 2017 se situará entre los 240,5 y los 245,8 millones de hectolitros, una horquilla que muestra una estabilidad respecto a los 242 millones del ejercicio precedente.
China, séptimo productor mundial, no figura en las estadísticas de la OIV ya que no ha comunicado aún sus estadísticas para este año. En 2016 produjo 11,4 millones de hectolitros y 11,5 millones en 2015.
La producción australiana aumentó por su parte 6%, hasta los 13,9 millones de hectolitros, ubicándose en la quinta posición en la clasificación mundial. Se trata de su tercer aumento anual consecutivo.
La producción mundial de vino en 2017 registró una caída “inédita” desde finales de los años ’50 e inicios de los ’60, indicó la OIV. Sólo las producciones de 1991 y 1994 son comparables al nivel actual (251,6 y 249,4 millones de hectolitros respectivamente).