Posibilidades. La nueva planta también será viable para pulpa de tomate y los expertos de la escuela también evalúan otras posibilidades como alcayota o manzanas de Iglesia.

 

En junio estará montada la línea de producción para el procesamiento de membrillos de la agrotécnica Monseñor Juan Videla Cuello, de Jáchal, lo que permitirá procesar casi un 70% del membrillo local evitando su pérdida. El anhelo se concreta a través del Fondo Minero para Desarrollo de Comunidades (Ley 1469-J), por el que recibieron 15.807.900 millones de pesos. 

La línea permite la elaboración de pulpa de membrillo sulfitada o enfriada con producción estimada de 2.000 a 3.500 kilos, la que se podrá conservar dos años en tambores hasta que los precios y mercados de los derivados de la fruta sean los adecuados. El nuevo equipamiento consiste en una lavadora a cepillo, tanque base de acero inoxidable para enjuague, elevador, molino a martillo, cocinador continuo, tamizadora, dos enfriadores, aplicadores de conservantes, cañerías y materiales.

En la temporada 2017-2018 el departamento perdió el 78% de su producción de membrillo, superando más de 10 millones de kilos de fruta. Cuestiones de precio y de mercado, la cosecha se tornó inviable, con el agravante de que el fruto que queda en planta se transforma en potencial hospedero de plagas como Carpocapsa y Mosca de los Frutos. Esto lleva a que los productores levanten su cosecha sin vender y terminen enterrándola para evitar la proliferación de plagas. 

Con 608 hectáreas cultivadas de membrillo Jáchal es el departamento sanjuanino de mayor producción, sin embargo no existía hasta el momento la tecnología que permitiera procesar grandes volúmenes para la conservación de la pulpa. “Estamos haciendo tareas de electricidad y cañerías para el montaje de la línea, ya efectuamos estamos las primeras entregas para la cámara frigorífica, montacargas, pailas dulceras y cepillos y están próximas a llegar la caldera y la envolvedora”, puntualizó Iván Jacome, director de la escuela.

El trabajo conjunto entre escuela y productores funciona de la siguiente manera: a través de la cooperadora escolar se realizan los convenios con los productores mediante el Ministerio de Educación. El productor lleva la escuela su cosecha y se la devuelve en maquila o se acuerda la venta conjunta del producto. La escuela se queda con una ganancia para el personal que contrata la cooperadora y los alumnos hacen sus prácticas en los procesos productivos como ayudantes o supervisores de línea. Claro está, aprenden también sobre métodos de cultivo, producción y elaboración de dulces y conservas.

“Vendemos al Norte del país y también a las empresas mineras que trabajan en la zona, pero con nuestra experiencia y el nuevo equipamiento estaríamos en condiciones de lograr más, claro ya profundizando en todas las normas que nos permitan exportar”, concluyó Jácome.

La escuela reúne a 440 alumnos, consta de una cooperadora que funciona hace 17 años, un plantel de 96 docentes y 18 personas más dedicadas a tareas de limpieza y mantenimiento.

 

Nuevos equipos

La Agrotécnica jachallera tiene una línea de producción ya obsoleta que data desde la inauguración del establecimiento en 1994. Con el nuevo equipamiento se va a reciclar lo que ya había para su aprovechamiento en los talleres vinculados a la producción artesanal, como es el caso de la vieja caldera. En cuanto a las expectativas con este nuevo equipamiento, la intención es lograr una pulpa premium (no pasa a molienda) con la cual producir productos diferenciales como dulces, jaleas, bombones y panes de membrillo. El desafío será ganar nuevos mercados fronteras afuera, buscando la inserción de los productos en Chile.