El hecho es histórico: Lula da Silva abandonó el sindicato de Metalúrgicos y va camino al aeropuerto para ser trasladado a Curitiba, donde cumplirá su condena.
Luego de más de 24 horas de tensión y tras haberse cumplido el plazo máximo dictado por el juez Sérgio Moro, el expresidente se retiró del lugar a pie e ingresó en un auto de la Policía Federal que lo traslada hasta el aeropuerto.