Además de no poder ver a sus tres hijos -de 5, 4 y 1 año de edad-, por lo que realizó un reclamo en la mañana de hoy martes junto a familiares, Melina Vargas podría enfrentarse a acusaciones judiciales, según el grado de ‘irregularidades’ que hubiese cometido al entregar a los dos más pequeños a dos familias distintas.
La mujer de 23 años de edad aseguró que lo hizo de forma temporal a familias amigas, hasta que ella pudiera alcanzar estabilidad económica. Pero el hecho que no se traten de familiares ni de vecinos esas ‘familias amigas’ es lo que desde un principio ‘hizo ruido’ en la Dirección de la Niñez. Como ya llevaban meses los niños viviendo sin la madre, en la investigación que comenzó puede plantearse la hipótesis de si hubo intenciones de saltar el sistema legal de adopción. En Argentina, es el Estado quien tiene la exclusiva facultad de definir quienes adoptarán a los menores, para evitar que padres biológicos escojan a los adoptantes de sus hijos, ya que esa inciativa genera tratos comerciales.
"En principio no son familiares ni vecinos. (Los dos chicos) fueron depositarios por un acuerdo de hecho entre la mamá y estas familias. Desconocemos los términos internos de este acuerdo, pero va en contra de la ley", aseveró Carlos Olivera, director de Niñez, el área gubernamental que contiene a los 3 chicos actualmente.
"Mi abogado me ha dicho que ha llamado al juzgado y le han dicho que los iban a poner en adopción y eso no puede ser. Yo nunca renuncié a mis hijos, nunca firmé nada, solo les pedí a algunas personas que me los cuidaran durante un tiempo para poder mejorar mi situación", aseguró hoy Vargas, aunque Olivera indicó que por la forma de proceder de la mujer, los derechos de los niños estaban siendo vulnerados. Y agregó que "la situación física de los chicos no es la ideal. El más grande (quien residía junto a Vargas) manifiesta una extrema delgadez".