Un trabajo de los alumnos de 5º año Sociales del Colegio Inglés sobre amenaza sísmica fue un verdadera revolución para esta escuela sanjuanina. Es que ese proyecto -que ganó diversas instancias locales y nacionales- fue valorado con una mención especial por Colciencias, el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia (ente que tiene rango ministerial y que se ocupa de promover políticas públicas de fomento a las Ciencias). El reconocimiento premió la metodología aplicada para llegar al resultado (Ver A prueba de sismos), basada en el método educativo que en el 2016 puso en funcionamiento Finlandia.

"En Colombia les interesó la forma de trabajo en equipo. Con el proyecto sobre sismos dejamos en evidencia que es posible hacerlo desde un enfoque pedagógico que permite flexibilizar espacios, modos de abordaje, tiempos. Cambiando las formas tradicionales de procedimientos compartidos y desarrollando capacidades colectivas, a partir de capacidades individuales, pero desde un lugar colaborativo, fue que lo logramos. Es otro modo de abordar un fenómeno, tal como lo propone el sistema "Phenomenon Based Learning”, un aprendizaje basado en un fenómeno que no es limitante de una sola materia, sino que puede analizarse desde diferentes saberes”, explican Flavia Sacchi, directora de Secundaria y Adriana Guimaraes de Baistrocchi, quien abrió las puertas del colegio hace 26 años y actualmente ocupa el rol de asesora pedagógica.

Vale decir que para hacer el trabajo en cuestión, no importó salir al recreo ni tener que ausentarse de una clase para seguir con la investigación, se tuvieron en cuenta las diferentes opiniones y propuestas a la hora de la investigación.

Más allá de lo anecdotario, la experiencia ya fue capitalizada en el colegio. Si bien es una práctica que muchas veces se ha desarrollado en el aula casi por intuición o como a modo experimental, es la aspiración a la que pretenden llegar. Claro, hay un escollo. Todavía no se puede poner en vigencia porque el sistema educativo actual no lo tiene incorporado. Implicaría adaptarse a nuevos horarios, otra manera de encarar los contenidos ya que la propuesta finlandesa llega hasta a eliminar las asignaturas tradicionales, entre otros aspectos.

Por supuesto que todo esto no los desalienta, al contrario. Es un desafío.

En abril pasado, la propietaria del establecimiento que es una apasionada por la educación, viajó a Finlandia. Quería ver de cerca de qué se trataba este sistema educativo catalogado como el mejor del mundo y el que mejores resultados obtiene desde hace años. Lo que vivenció, le valió para aplaudir y querer replicar de algún modo en su escuela.

Ese fue el puntapié inicial, la chispita que dio forma al proyecto que se llevó los aplausos en Colombia.

Kiva, el primer contacto

Una convocatoria del Centro de Colegios Bilingües de la Argentina y la Embajada Finlandesa en 2015, fue la puerta de acceso a un mundo ideal, para Adriana Guimaraes de Baistrocchi. Justamente en esa instancia fue que tomó contacto con protagonistas de la educación , esa que ella desde hacía tiempo venía investigando y leyendo.

Ahí conoció lo que se trataba Kiva (una abreviatura de la palabra finesa +Kiusaamista vastaan+, que significa amable y agradable), un método promovido desde la Universidad de Turku para hacerle frente al acoso escolar. Este sistema sugiere involucrar y comprometer a todos los protagonistas de la escuela, cambiar las formas de comunicarse y fundamentalmente la actitud ante lo que sucede dentro y fuera del aula. De hecho, buena parte del trabajo se centra en el actor pasivo, es decir ese chico que observa como se lo hostiga a su compañero, a veces se suma y le da poder al niño violento pero otras, es un mero espectador. Se considera que hablando del tema por su nombre, poniéndose en el lugar de otro y reforzando que es necesario no tener miedo ni ser cómplice silencioso de una acción de bullying, mejora la convivencia, se toma conciencia y se previenen nuevos incidentes de violencia.

Para ponerlo en marcha, al comienzo del ciclo lectivo 2016, se entrenó no solo a los docentes de todas las materias sino además a todo el personal del colegio, administrativos y porteros también porque son quienes miran desde otro lugar a los niños. Actualmente se trabaja en el grado una vez por semana pero también on line.

Por ahora, el método Kiva sólo se aplica en 4 escuelas argentinas: además del Colegio Inglés, en dos establecimientos de Salta y en otro de Pilar. Y ya se ven los resultados.

Luego vino la invitación a sumarse a un programa de Inmersión de la Educación en ese país europeo. Así es que partió en abril de este año hacia Finlandia. Adriana se fue expectativas y volvió cargada de entusiasmo que por supuesto puso en práctica. El proyecto de los sismos es uno de los ejemplos.


 

A prueba de sismos

En una caja de zapatos, con luces led, parlantes y un celular (dotado de una aplicación llamada "Accelerate Analyze” que usa un sensor de aceleración) se encierra un sencillo mecanismo que permite generar un alerta de sismo apenas unos segundos antes de que se produzca el temblor. Ese fue el trabajo que hicieron Nicolás Bruzzone, Pablo Di Sciascio, Selena Godoy, Franco Lara, Florencia Sánchez, Dalia Torres, Agustín Wojtyszyn y Victor Yanakiev, con el asesoramiento de los profesores Leonardo Pogrebinsky, Mariela Aguilera, Laura Aguiar Gómez, Mónica Rodríguez, María José Benvenuto, María Victoria Barud y Carolina Morrilla. Es que necesitaban del aporte de varias ciencias (como Física, Geografía, Matemática, Lengua castellana e inglesa, Tic’s, entre otras) para poder hacer las pruebas que demostraran la efectividad del prototipo ideado para detectar posibles ondas sísmicas al estar en contacto con el suelo. Lograron corroborar que el sistema empieza a sonar y a hacer cambio de luces entre 5 y 10 segundos antes de un terremoto de 6,5 grados en la Escala de Richter. La prueba fue en un boliche de Caucete. Y se llevó todos los aplausos a nivel local, nacional e internacional.

 

Aprender en Finlandia

El sistema educativo finlandés es considerado como el mejor del mundo. Lo dicen quienes miden comparativamente y miran de cerca las políticas educativas de ese país europeo, cuyas líneas de trabajo llevan 40 años de reformas.

"Allá ir a una escuela es considerado un tesoro y ser parte del sistema educativo es una bendición, un privilegio”, describe Adriana, aún impactada por su paseo por escuelas primarias, secundarias y centro de formación docente donde los estudiantes empiezan a hacer prácticas desde los primeros días.

Cuando se la cataloga como la ideal es por las competencias lingüísticas y científicas de los alumnos, y sus posibilidades para resolver problemas. Son verdaderas "escuelas de investigación”.

La escolaridad es obligatoria (desde los 7 a los 16 años), gratuita y pública e incluye la asistencia sanitaria y una comida diaria. Los alumnos reciben todos los libros y materiales de estudio, sin tener que pagarlos.
En las escuelas convive tanto los materiales básicos como la tecnología: en cada clase hay televisores y computadoras pero no siempre son la herramienta de estudio. Los lápices y cuadernos siguen más que vigentes, tal como observó la docente sanjuanina.

Los chicos que tienen dificultades de aprendizaje tienen en el mismo aula, un profesor de apoyo o especialista que los guía o trabaja de manera puntual. Inclusive en las aulas hay bancos para que cualquier persona puedan entrar a observar. La idea con estos aspectos es minimizar los fracasos escolares y recibir los aportes de quien pueda brindar algo.

Los estudiantes son muy autónomos y tienen altos grados de responsabilidad, no se vive el estrés de las pruebas ni hay competencia por las notas. El modo de calificación es un informe del proceso que no es numérico, sino descriptivo del paso a paso. Se premia la curiosidad y la participación, la imaginación y la capacidad de emprendimiento más que las "lecciones magistrales”.

Desde el año pasado se trabaja con el Phenomenon Based Learning que elimina las asignaturas tradicionales para pasar a trabajar íntegra y exclusivamente por proyectos. Esto modifica la planificación de adquisición de conocimientos, competencias y habilidades otorgando al alumnado una posición activa respecto de su propio aprendizaje. Por eso no hay un diseño curricular esquematizado, sino libertad para trabajar temas que interesan, abordándolos desde diferentes miradas. Además fundamentalmente se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño.

No se repite de grado. Los docentes tienen altos niveles de formación y generalmente acompañan al mismo grupo desde el inicio de la escolarización hasta el egreso.

La educación es tan importante como el juego y el descanso. Las jornadas lectivas son más cortas e inclusive tienen sólo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas. Apenas hay deberes, pero esa tarea se hace en clase, no en casa.