Como en una economía doméstica, en tiempos de crisis se hacen ajustes, se mantiene y optimiza lo que se tiene. No queda otra que resistir, con la diferencia de que quienes están involucrados en la actividad minera, entienden desde el minuto cero que esta es una industria de riesgos, que siempre se atravesarán cuestiones de coyuntura, que habrá bajas y pérdidas y a pesar de todo hay que seguir. La retracción de la obra pública, los vaivenes cambiarios, la falta de inversión y una inflación que no para, son sin duda elementos de incidencia que responden a un contexto nacional del cual la minería no escapa.
Los primeros coletazos llegaron en abril pasado con Casposo y la detención de sus actividades, que significó la pérdida de 160 puestos de trabajo. El bajo precio de la plata y una reducción en la producción del mineral, estuvieron entre los argumentos de Austral Gold Limited ante la suspensión. Aun así, la expectativa es una reorganización de Casposo y no un cierre definitivo, apostando a la continuidad de la exploración en sus inmediaciones para su reflote apenas cambien algunas variables económicas.
Por contrapartida, la reciente puesta en marcha de la denominada Fase 6 de Veladero, que implica la ampliación de su valle de lixiviación con el fin de ampliar la vida útil de la mina hasta el 2025, dio oxígeno a este presente. Se trata de una iniciativa aprobada en forma conjunta entre Barrick y Shandong Gold, que en el pico de la obra ocupará a 500 personas de las cuales ya hay 270 operarios que avanzan en distintas tareas.
Gran esfuerzo en el contexto anual, porque es la misma mina la que financia los 150 millones de dólares necesarios para las tareas a través del flujo de caja que genera la actividad.
Entre los primeros impactos comenzó a movilizarse el trabajo de los proveedores mineros a través de servicios como movimiento de suelos, transporte de personal y de cargas, consumo de combustibles y lubricantes, entre otros rubros.
“Somos optimistas y debemos serlo porque en tiempos de crisis se invierte, los proveedores nos hemos visto beneficiados y se está moviendo el trabajo, que no es poco”, señaló Juan José Igualada, de la Cámara de Proveedores de Servicios Mineros (Casemi).
En ese sentido, Igualada señaló que en este momento los servicios se concentran en las áreas de campamento y obras anexas a la ampliación del valle.
“También hemos percibido un cambio en la política de la empresa, que da más participación a los proveedores locales. Hoy nuestro desafío es el acceso al crédito y a las tasas de los bancos para seguir potenciando nuestro negocio”, explicó Igualada.
La adquisición de Caleras San Juan de un horno Mertz para ampliar su producción de 65 a 150 toneladas de cal por día o los trabajos técnicos que realiza mina Gualcamayo para la puesta en producción de un cuerpo a la que denomina “carbonatos profundos” para ampliar su vida útil, están entre las buenas señales que se vislumbran a pesar del contexto.
De hecho, la optimización de los procesos de producción también se convirtió en el factor que incide en cuanto a la demanda de profesionales procedentes de carreras duras, sobre todo de aquellos que constan con experiencia, como otra forma de apuntar a una estabilidad en líneas generales en el mantenimiento de la mano de obra sanjuanina.
Especializados y buscados
“Es una tendencia que se ve no sólo local sino a nivel país. La realidad es que los yacimientos en producción actuales están en una fase avanzada y requieren de experiencia para optimizar sus procesos. Cuando se va sumando estas calificaciones, se va limitando la cantidad de candidatos, que hoy se centran en los de experiencia”, detalló Fabricio Gaitano, referente en el área de Capital Humano.
En este sentido el experto destacó a los profesionales de las carreras duras, como diferentes ramas de la ingeniería, geólogos e inclusos contadores, en momentos en donde deben perfeccionarse los costos.
En consonancia opinó Francisco Almenzar, del Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (Cadim), quien aseguró que el 90% de los profesionales que nuclea trabajan hoy vinculados a la actividad minera. “Tenemos 400 socios en todo el país y el fenómeno que vislumbramos es la rotación que se da de los profesionales justamente por su experiencia. Por ejemplo, se terminó el mineral en mina Pirquitas en Jujuy, pero la planta continúa trabajando con profesionales en el procesamiento de Chinchillas o en San Juan. Es bastante común que un profesional que estuvo en Gualcamayo luego esté en un puesto estratégico en Veladero o viceversa”, detalló el ingeniero.
Las estadísticas locales
Los datos más recientes hasta el momento en materia de empleo minero son los de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (Caem). Según la entidad, en 2018 en la provincia de San Juan la minería empleó a 9.770 personas en total.
El empleo minero (directo) explica el 5,9% de la creación total de puestos de trabajo en la provincia entre 2004 y 2008. En materia económica, la minería representa el 78% del total de las exportaciones de San Juan, formando un PBI Minero de 762 millones de dólares en la provincia.
Las cifras están en consonancia con lo expresado por Alberto Hensel, ministro de Minería provincial, quien en una entrevista con este medio señaló que la minería representa más del 70 % de las exportaciones de la provincia, cifra que se mantiene estable en los últimos años y representa una verdadera tracción a la economía sanjuanina porque “detrás de esta cifra hay inversión, generación de empleo y desarrollo de proveedores locales”, dijo Hensel.
En este marco y según señaló el ministro, el desafío será apostar a poner en marcha un proyecto de cobre-oro hacia 2025 para que exista el recambio necesario que precisa la industria, además de concentrar esfuerzos en los yacimientos que están funcionando.
A nivel país y de acuerdo a datos de la Caem, durante 2018 la actividad minera nacional dio trabajo a 81.500 personas entre empleos directos, indirectos, industria de base minera y exploradoras. Lo que representa el 1,2 % del empleo privado del país. Entre 2014 y 2018 la minería generó un crecimiento del empleo del 5,7%. Mientras que la masa salarial volcada por la minería al consumo interno del país (considerando sólo el empleo directo) fue de 20.136 millones de pesos.
Cifras
500 personas se estima que trabajarán en el pico de obras durante la ampliación del valle de lixiviación de la mina de oro Veladero, en Iglesia.
90 por ciento de los ingenieros de Minas asociados al Colegio Argentino están trabajando actualmente, gracias a la rotación de profesionales.
9.770 trabajadores tiene en total la actividad minera en San Juan, según los datos más actuales. La minería representa más del 70% de las exportaciones.
1,2 por ciento del empleo privado en todo el país pertenece al mundo minero. Son 81.500 personas entre empleos directos, indirectos, industria de base y exploradoras.