Tras el desenlace fatal ocasionado por el ataque de un perro pitbull a un joven de 19 años, se desató nuevamente la polémica respecto a la peligrosidad de esta raza. Los especialistas dicen que es necesario que los dueños de perros de gran porte o “peligrosos” posean una habilitación para poder tenerlos y que se capaciten para saber adiestrarlos y dominarlos. Estos puntos están contenidos en el proyecto de ley que se presentó hace varios años pero nunca prosperó.

El de Renzo Páez fue el quinto caso conocido de ataque canino protagonizado por un pitbull. Estos casos se dieron en el último año y medio. El de Renzo fue el único que terminó con la muerte de la persona atacada. Luego, la familia mató al perro.

En junio del año pasado, un pitbull atacó a un niño de 9 años que jugaba en la calle. En ese momento, el vecindario pidió al dueño que se lo llevara del lugar. Esto sucedió en Rawson. El dueño reconoció que no estaba preparado para hacerse cargo de un perro de semejante porte. Ese mismo mes, se hizo público otro caso, esta vez de una nena de 13 años que fue atacada mientras visitaba la casa de una compañera. El pitbull la atacó y le arrancó parte del pie derecho. Luego de esto la tuvieron que operar y reconstruir el miembro herido.

Cinco meses después salió a la luz el caso del ataque de un perro de la misma raza a un niño de 10 años que terminó con el rostro desfigurado. Luego de eso tuvo que someterse a varias cirugías reconstructivas. El chico había ido de visita a la casa donde estaba el animal. A principios de este año, ocurrió otro suceso similar pero contra un nene de 7 años. Fue en Caucete. Mientras el niño jugaba, el perro lo atacó y le mordió la pierna izquierda.

El perro se había escapado de una casa. “En los últimos tiempos se dan a conocer más casos de ataques de pitbulls porque hay más perros de estos circulando entre la gente. Están de moda y en general son adquiridos por personas jóvenes que no saben manejarlos”, dijo Roberto Bastianelli, que es conductista etólogo canino.

Cada vez que ocurre un ataque protagonizado por esta raza de perros, se aviva la polémica sobre si los animales son peligrosos, más allá de la raza a la que pertenezcan. Pero esta vez, la discusión dio un paso más. Ahora, los especialistas apuntan a endurecer las exigencias a la hora de adquirir un animal de gran porte, más allá de la raza. “La peligrosidad del perro se mide según el poder de la mordida y esto tiene que ver con las dimensiones del mismo”, dijo Bastianelli quien arremetió contra los propietarios.

“Debería haber una ley que exija que estos dueños tengan una habilitación para poseer un animal de este tipo y que hagan un curso para aprender a manejarlos”, dijo. En el mismo sentido opinó Emilia Merino, presidenta de la asociación Pitbull en Peligro-Rescate.

“Son los dueños que tienen que estar en condiciones de tener a estos perros. A ellos hay que exigirles que sepan cómo se educan”, aseguró la mujer. Estos puntos están contemplados en el proyecto de ley que presentó hace varios años el diputado provincial del bloque Compromiso Federal, Edgardo Sancassani. “La idea es regular la tenencia de animales potencialmente peligrosos.

La idea es retomar el proyecto y seguir hablando con los distintos sectores para que nos ayuden a reformular algunos puntos”, dijo el legislador. El proyecto prevé además la exigencia de contratar un seguro de responsabilidad civil cuya cobertura tienda a la indemnización de los daños que el animal provoque a terceros.

 

Dolor en el sepelio

Una multitud de jóvenes llegó hasta las salas velatorias de la Municipalidad de Chimbas para darle el último adiós a Renzo Páez, el muchacho de 19 años que falleció tras haber sido atacado por su propio perro. En medio del dolor del sepelio, la familia no quiso realizar ningún tipo de declaraciones. A Renzo lo sepultaron ayer a las 16.
“Era bueno, tenía muchos amigos, no entendemos por qué pasó esto.

Jamás nos hubiésemos imaginado que iba a terminar así”, contó uno de los chicos que estaba en la puerta de la sala velatoria para despedirse de su amigo de toda la vida. Los presentes coincidieron en afirmar que Renzo era un chico alegre, que sobrellevaba como podía sus ataques de epilepsia y que el perro era tranquilo.

“No sabemos por qué lo atacó mientras tenía el ataque. Quizás se asustó. Pero era un perro que nunca agredió a nadie”, contó una vecina.