El Frente de Todos tiene pocos motivos para festejar en el país. En 18 provincias perdió. Un resultado que no estaba en mente. En ese contexto de derrota para el oficialismo nacional, Uñac puede mostrar una victoria, aunque puertas adentro de la provincia tengo un sabor extraño porque no estaba a tono con lo que esperaba el peronismo local.
El Frente de Todos sólo ganó en Catamarca, Formosa, La Rioja, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán. En las demás mordió el polvo. De ese tándem de provincias donde los gobernadores peronistas cantaron victoria, la de Uñac fue la que se dio con menor diferencia. Pero como dicen los futboleros, había que ganar y se ganó.
El uñaquismo trabajó para una victoria pero que estuviera más cerca del 50%. No fue así. Fue 42,89%. Mucho menos de lo esperado. Y Juntos por el Cambio terminó el día con un porcentaje más alto al que tenían en mente, del 38,25%. Cada frente hará su lectura, se lavarán los trapos sucios puertas adentro y el camino a las Generales será un arduo trabajo si el FdT quiere mejorar su performance o bien la oposición aspira a ganar la elección.
Habrá que ver, por otro lado, qué lectura hace Alberto Fernández y compañía sobre el escenario de cada provincia y dónde decide poner su apoyo. San Juan contó con toda la estructura del Gabinete nacional en la previa, con visitas, anuncios y desembolsos de dinero. De aquí al 14 de noviembre se verá si se mantiene ese apoyo o bien apunta el FdT a rescatar puntos en los distritos donde le fue mal.
Quedan dos meses y mucho puede pasar. La ventaja del peronismo es que ya no tiene la sombra de la pandemia (la vacunación y el retraso del ingreso de la variante Delta le juegan a favor) y puede gestionar sin ese escollo delante.
